Entre las muchas determinaciones que parecen caracterizar la situación actual hay ciertamente una contracción sin precedentes de la acción, que no pocas veces toma la forma de una verdadera apraxia.
Si es cierto, como sugiere Peter Sloterdijk, que el paisaje posmoderno se presenta como un tránsito del «hacer» al «dejar ser» (Sloterdijk, 1983, p. 184), con el consiguiente abandono de la «razón práctica» en favor de la «razón cínica», tal dominio de la apraxia debe ser cuestionado en relación con los desarrollos del capitalismo contemporáneo: y esto en primer lugar porque, con Marx, es a partir de un cuestionamiento radical de la constelación social y política del Produzieren que se hace posible aclarar y resolver las cuestiones superestructurales y, más en general, el espíritu de la época (Engels-Marx, 1846, p. 385).
La crisis, que hoy en día parece cada vez más irreversible, de los dos conceptos en correlación esencial de la acción y el trabajo (el Arbeit como forma fundamental de extraer la acción humana, en el sentido tanto de la socialización como del trabajo activo de transformación de la naturaleza circundante) debe, a este respecto, ser cuestionada de manera unitaria, sin perder por ello de vista que, como es obvio, se trata de dos figuras conceptuales diferentes y sólo parcialmente superpuestas.
El ámbito de la praxis incluye el del trabajo, encontrando en él su propia dimensión fundamental: y esto no sólo si se siguen las once Thesen marxistas de Feuerbach, en las que la acción y el proceso de trabajo se entrelazan con geometrías variables, sino también si se presta la debida atención a la lección de la Fänomenologíe hegeliana, en la que, como es bien sabido, es cardinal la tesis de que «la conciencia se alcanza a sí misma a través del trabajo (durch die Arbeit)». (Hegel, 1807, pág. 289), o también la Transzendentalphilosophie fichteana, que en el Arbeit reconoce el alcance básico del surgimiento del Tätigkeit en términos de relaciones sociales (Fichte, 1797a, pág. 135). Por lo tanto, no se puede lograr una comprensión del significado del trabajo y su crisis actual si no se exploran en paralelo el concepto de la praxis y la crisis que parece acompañarla hoy en día.
Diego Fusaro: La muerte del trabajo. Letras Inquietas (Septiembre de 2021)
Nota: Este artículo un extracto del citado libro
Diego Fusaro (Turín, 1983) es profesor de Historia de la Filosofía en el IASSP de Milán (Instituto de Altos Estudios Estratégicos y Políticos) donde también es director científico. Consiguió el doctorado en filosofía de la historia en la Universidad Vita-Salute San Raffaele de Milán. Fusaro es discípulo del pensador marxista italiano Costanzo Preve y del renombrado Gianni Vattimo. Es un estudioso de la filosofía de la historia especializado en el pensamiento de Fichte, Hegel y Marx. Su interés se orienta hacia el idealismo alemán, sus precursores (Spinoza) y sus seguidores (Marx), con un énfasis particular en el pensamiento italiano (Gramsci o Gentile entre otros). Es editorialista de La Stampa e Il Fatto Quotidiano. Se define a sí mismo «discípulo independiente de Hegel y Marx».