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Lecciones desde el Lejano Oriente: la revista en papel de Adáraga analiza la realidad china


Carlos X. Blanco | 12/08/2022

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En un estío tan sofocante como este de 2022, el planeta se pone al rojo vivo por gracia y obra de mister Biden. No fue suficiente con sus intentos de acorralar a Rusia y de hacer de Europa, por enésima vez, un campo de batalla. No le bastó con alimentar el falso nacionalismo ucraniano y a un títere dictadorzuelo llamado Zelensky, ni con optar, por enésima vez, por el descuartizamiento de naciones y gentes. Encender la mecha en polvorín de la Europa oriental fue quemar toda posibilidad de supervivencia de una Europa «occidental». Esta ya ha dejado de existir. Esta ya no es nada.

Los monigotes alemanes, franceses, el nuestro también, el inefable y sainetesco monigote don Pedrito Sánchez, han demostrado, también por enésima y maldita vez, su incompetencia, su falta de talla, su seguidismo abyecto de ese proyecto del Tío Sam y de mister Biden: trabajar para el imperio del caos.

Los monigotes europeos occidentales están dispuestos a ofrecer sus territorios, sus riquezas, el bienestar de sus pueblos, todo, en ofrenda al imperialismo del caos de los yanquis demócratas. Una guerra loca e innecesaria, la de Ucrania, una guerra manipulada desde el comienzo, como todas las que yanquilandia ha emprendido desde 1898 con su hundimiento del Maine.

Pero no fue suficiente con encender el polvorín de Ucrania en 2022. No le bastó al viejo demenciado de Joe Biden con emplear Europa como su cortijo y patio trasero. Tuvo que venir el asunto de Taiwán. Biden lleva al mundo directamente al caos, queriendo abrir el frente del Lejano Oriente.

Nunca fue tan oportuna la salida a la luz de una revista: el número septimo de Adáraga. Bajo un inquietante sonido de tambores de guerra, la revista (en su edición en papel) dedica su número 7 a China. El plantel de autores, si exceptuamos a éste que ahora les habla, no puede ser mejorado.

En este número colaboran tres importantes geopolíticos de fama internacional: Aleksandr Duguin, Robert Steuckers y Marcelo Ramírez. Los tres, son grandes conocedores (y partidarios) del enfoque multipolar de las relaciones internacionales y la geopolitica. Como contrapeso a la propaganda occidental, que nos presenta los conflictos (el de Ucrania, el de Taiwán) en términos de una lucha eterna entre el bien (la democracia liberal) y el mal (la autocracia), los autores nombrados refuerzan la idea esencial del pluralismo civilizacional: China o Rusia son civilizaciones per se.

Como tales civilizaciones, ellas poseen un derecho a la existencia, un lugar bajo el sol pues ellas son, en verdad, «humanidad», formas de expresarse de la propia especie humana históricamente diferenciada, y en tal sentido han de seguir una lógica biohistórica congruente: derecho a su espacio vital, derecho a garantizar sus recursos, derecho protegerse, derecho a su soberanía económica, etc. La democracia liberal, léase el imperio yanqui que es, a su vez, trasunto de las logias financieras que esquilman el mundo, no puede ponerse por encima de tales derechos.

Centrándonos en China, la espiritualidad, la historia, la mentalidad (pasada y presente) del gigante asiático han de ser conocidas. Ellos, los chinos, nos conocen y saben de qué pie cojeamos en este prostíbulo y nido de ladrones decadentes que llamamos «occidente». La recíproca, en cambio, no es cierta. Pero las tres firmas de lujo que incluye el número 7 de Adáraga poseen amplios conocimientos que nos pueden ilustrar.

Junto a las tres figuras señaladas, Adáraga cuenta con la participación magnífica de todo un especialista en la realidad china: Xulio Ríos. Este autor, director del Observatorio de la Política China, firma su ensayo China: el desarrollo y la seguridad global. Gracias al mismo, podemos adentrarnos aún más en los propósitos y en los esquemas mentales del actual régimen chino. Un régimen que está demostrando su alto grado de paciencia ante las amenazas y provocaciones yanquis, y su firme compromiso ante el mundo en pro de una política internacional en la que se sigan ya, de una vez, unas reglas. Normas a respetar por parte de las demás naciones y por parte de las instituciones internacionales, dejando atrás los impulsos piráticos y depredadores heredados del imperialismo anglosajón y que aún hoy seguimos padeciendo.

El ensayo de Xulio Ríos compagina bien con el punto de vista más «interno» y, si se quiere,oficial de un académico chino, el profesor Zhu Ying, quien entronca el papel actual del «imperio» pacífico y comercial de China con su visión del Estado en términos socialistas. Un socialismo de Estado-civilización en donde el capitalismo no corrompe y esclaviza la autoridad política, sino que es la autoridad política la que pone riendas y frenos a esa bestia que puede desbocarse, llamada capitalismo. Como ven, las antípodas del imperio del caos bideniano, gusten o no gusten.

Completa este número una serie de suculentas reseñas de libros actuales, que no pueden faltan en la biblioteca del lector culto y contrario al imperio del caos que todos padecemos.

Número 7 (Junio de 2022)

Autores: Aleksandr Duguin, Carlos X. Blanco, Robert Steuckers, Zhu Ying, Xulio Ríos y Marcelo Ramírez
Número de páginas: 63
Formato: Tapa blanda
ISBN: 979-8834-923-67-1
PVP: 8,99 euros

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