¿Se avecina una Tercera Guerra Mundial?

       

Artículos

Los orígenes cristianos de la Ilustración europea


Manuel Fernández Espinosa | 13/05/2020

 Nuevo libro de Santiago Prestel: Contra la democracia

En filosofía se atienden, por razón de tiempo, a las grandes celebridades del pensamiento. Y con mucha frecuencia se descuidan grupos de pensadores considerados como de segunda fila, con el criterio de que esas filosofías resultaron fallidas ante la deslumbrante luz de los grandes. Pero las cosas no son tan fáciles cuando se adentra en el bosque filosófico.

Por ejemplo, la que dijéramos casi marginal Escuela de los Platónicos de Cambridge del siglo XVII es una pléyade de autores poco nombrados sin los cuales sería difícil comprender algo tan importante como fue la metáfora lumínica para la Ilustración.

El Enlightenment inglés, el Siècle des Lumières francés, la Aufklärung germana, el IIIuminismo italiano, la Ilustración española son cada uno de ellos vocablos distintos en diversos idiomas que comparten todos la metáfora de la luz: «En-light-enment», Lumières, Illuminismo... O la claridad: «Auf-klarung» o el «I-lustra-ción» (lustrar, lustre, brillo, luminosidad) en el vocablo español que, siendo el menos explícito por otras razones semánticas, también lo contiene.

¿Pero de dónde viene esa metáfora lumínica? Podríamos remontarnos a la estrecha relación entre la divinidad y la luz en las antiguas religiones persas (el concepto luz de gloria), también en el platonismo (símil del sol) y, en el cristianismo, desde el mismo Evangelio de San Juan: Dios es Luz.

Pero los más próximos en el tiempo al Enlightenment fueron los platónicos cantabrigenses. Entre ellos, se suelen mencionar a Henry More y Ralph Cudworth como los más eminentes del grupo, pero hasta los de menos nombradía, como Peter Sterry, emplean con frecuencia metáforas con el término candle: «The candle of Reason» (La candela, la vela, de la Razón), dice Sterry.

Lo del alma como una candela, la Razón iluminadora que espanta las tinieblas, lo traen los platónicos de Cambridge de un versículo del libro de Proverbios (20:27): «The spirit of man is the candle of the Lord».

A los platónicos de Cambridge no se les conoce apenas, pero: ¿qué sería la Ilustración sin Newton? Pues Newton fue amigo de Henry More y la teoría de que Dios es omnipresente en el espacio y en el tiempo, que Newton introduce en la segunda edición de los Principia de 1713, es, en su origen, de Henry More, el escolarca de los platónicos de Cambridge. ¿Qué sería de la Ilustración sin «The candle of the Reason»? Ni sería llamada así, por faltarle la metáfora de la luz: dudo mucho que, en ese caso, existiera. Lo que demuestra que, aunque los partidarios el Siglo de las Luces en el continente europeo fueron distanciándose del cristianismo, hasta la hostilidad manifiesta contra el cristianismo, las raíces de la Ilustración son cristianas (aunque procedan del campo protestante inglés).

Los primeros ilustrados ingleses son cristianos: más tarde vendrían los descreídos, los bufones filosóficos como Voltaire o Diderot. Y Dios, para los ilustrados más sobrios, es una revelación interna y el dispensador de nuestra razón para distinguir el Bien y el Mal y para conocer. Y recordemos también a San Agustín, su teoría de la iluminación y el indeleble efecto del agustinismo en todo el pensamiento europeo.

Eso de que la Razón y la Fe son incompatibles solo lo puede decir un ignorante que no conozca la historia de la filosofía. Y el «creyente» que se opone a la filosofía es un ignorante del otro extremo: un fideísta.