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«Mi Lucifer está solo»: invocaciones al diablo y satanismo para niños


Alba Lobera | 09/04/2020

Las tinieblas están más presentes en nuestros días de lo que podamos creer. Gracias a Hollywood podemos contar con un prototipo de mago o bruja que, mediante series populares y artistas de renombre, se ha convertido en una figura simpática y atractiva para la imitación.

Sin ir más lejos, la serie Sabrina de Netflix causó una fuerte controversia entre la comunidad cristiana y la satánica, llegándose a condenar socialmente como ya ocurrió en su momento con Harry Potter y la Piedra Filosofal o Doctor Strange: Hechicero Supremo. Al fin y al cabo, no es, por ejemplo, ningún secreto el hecho de que la diseñadora de la producción de Sabrina practica el paganismo en la vida real, corriente que se ha extendido entre las jóvenes de no más de 20 años a rasgos generales.

La magia wiccana es la practicada por popularidad, o al menos visibilizada como tal, en plataformas como Twitter y en movimientos sociales como las distintas ramificaciones con las que contaría el feminismo actual. Ya se habló de ello en periódicos como El País desde el presente artículo, el cual relata cómo «las brujas son el nuevo símbolo feminista para las famosas»: «Nosotras, mujeres, decimos que somos herederas, hijas y hermanas de aquellas injustamente llamadas brujas«, defienden algunas de las autoras mencionadas en la publicación, ya que «la bruja pone de relieve lo que se espera que las mujeres mantengan escondido, bajo riesgo de convertirse en algo incontrolable y destructor: la sexualidad y el poder».

Artistas como Lady Gaga (icono popular ligado al colectivo LGTB dado a su fuerte implicación en diversas causas para combatir la discriminación hacia este sector) han introducido poco a poco el satanismo en la industria de la música, llegando a hacer acto de presencia en la Superbolw para sorpresa de muchos medios de comunicación: «Con ello bate récords habituales de un espectáculo… Cada vez más pornográfico. Pero nadie se había atrevido hasta ahora a introducir el luciferismo. Satanismo oculto con las habituales referencias a la igualdad y a la justicia».

El arte también se ha visto salpicado de adoraciones al diablo y simpatías ante Lucifer. La tendencia Spirit Cooking agarró fuerza gracias a la vertiginosidad de Internet tras haber sido creada por Marina Abramovic originado en su libro de 1997 con el mismo nombre, el cual sería mera literatura según la autora. En ese poemario encontramos piezas como: «Mezcla leche materna fresca con leche de esperma fresca. Bébela en las noches en las que haya terremotos. Con un cuchillo afilado corta profundamente dentro del dedo medio de tu mano izquierda. Come el dolor. Gira rápidamente hasta que pierdas la conciencia. Intenta comer todas las preguntas del día». Si bien esto ya de por sí sería controvertido, la figura de la señora Abramovic estaría cargada de polémica, especialmente por sus performances las cuales han dado mucho de qué hablar, y más cuando en una de sus fiestas estuvieron invitados los hermanos Podesta, señalados en la teoría PizzaGate.

Ouija para niñas de 8 años…

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Bajo lemas como «mi Lucifer está solo» las nuevas generaciones consideran que es mágico y evolutivo volcar todo tipo de pensamientos hacia el diablo. Si bien para generaciones anteriores realizar la ouija era un pasatiempo que regalaban en papelerías y quioscos, hace más de 50 años que en Estados Unidos iba orientada a niñas de 8 años: «Aprovecho para recordaros que ouija es una marca registrada de Parker (ahora Hasbro) y que se vende en jugueterías porque es un juguete» causando todo tipo de discusiones por «sexista» y «peligrosa» según se denunció en medios angloparlantes.

«¡Entra el mundo de lo misterioso y lo incomprensible con la tabla de ouija!» puede leerse en el portal on-line de la juguetería: «Tienes preguntas y el mundo de los espíritus tiene respuestas… ¡Y la extraña tabla de ouija es tu forma de conseguirlas! ¿Qué quieres saber? Haz tu pregunta con un amigo y usa la tabla, pero sé paciente y concéntrate porque no se puede meter prisa a los espíritus. ¡Trata la tabla de ouija con respeto y no te decepcionará!».

… e invocaciones al diablo en forma de libro infantil

Las navidades pasadas, la Asociación Internacional de Exorcistas emitió un comunicado de alerta orientado a las familias para garantizar la protección de los más pequeños. El libro A Children’s Book of Demons, publicado por Aaron Leigthon, conocido por su cercanía al ocultismo, enseña a los niños, según los exorcistas, a cómo interactuar y convocar demonios. El autor tiene como objetivo llegar a los niños de entre 5 y 10 años, algo que representa «un público particularmente indefenso y manipulable» a quien se le quiere presentar el «satanismo como una alternativa normal entre otros cultos» según muchos religiosos.

Pese a que de entrada A Children’s Book of Demons se presenta como algo lúdico e inofensivo, resulta innegable el hecho de que enseñan a cómo invocar espíritus. Los exorcistas advierten en el comunicado que el libro forma parte de un intento más amplio de normalizar el satanismo y presentarlo como una alternativa normal similar a otras filosofías y creencias. Este libro llega a afirmar que si la adoración al diablo se limita a la simple celebración y que aquellos que lo practican no cometen crímenes, no hay nada malo.

Es más, el Padre Francesco Bamonte, presidente la citada asociación, afirma en el comunicado que «no hay que meterse con demonios»: «Quien invita a un niño a convocar a un demonio es como una persona que pone una granada en sus manos para jugar. Tarde o temprano, el niño tirará de la anilla y explotará en sus manos» explica, y añade que «quien invita a un niño a evocar demonios procede como si le dijese que es posible ayudar a un criminal para obtener cualquier ayuda y lo está induciendo a perder su identidad, su personalidad y a ser destruido moral, psicológica y espiritualmente».

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Aun así, practicantes del satanismo consideran que los demonios también enriquecen y ayudan a evolucionar como persona: «Yo he visto a mis enemigos, y a enemigos de los seres que amo siendo castigados incluso antes de yo pedirlo. Muchos de los demonios se especializan en enseñanzas éticas. Este hecho es la prueba de que los demonios no son malvados. Hay que responsabilizar al responsable».

Justificación desde un patrón filosófico: «Los demonios nos protegen»

En La Biblia Satánica escrita por Anton Szandor LaVey, quien brindó al artista Marilyn Manson un sacerdocio honorario por «lo que había conseguido en el mundo real en ese momento», puede encontrarse en uno de sus capítulos que sin el diablo no existiría la Iglesia, por lo que ésta tendría «mucho que agradecer» a Lucifer. Asimismo, otros libros de ocultismo, muchos de ellos anónimos, predican que no hay nada que temer a los demonios, contrariando así a lo que se expone desde la Asociación Internacional de Exorcistas: «No hay ninguna razón para temer a los demonios de Satán» dirían estos escritos. «Cuando los tratamos con respeto y nos acercamos a ellos honestamente, ellos en verdad son maravillosos. Su mayor propósito es enseñar a la humanidad. En lo que se refiere a venganza y castigo de los enemigos, esto forma parte del aprendizaje porque la justicia es esencial. (…) Cuando nos hacemos amigos de los demonios, con frecuencia ellos infligen venganza sobre aquellos cuyas intenciones son hacernos daño, y también nos cuidan y nos protegen».

Los satanistas también tienen su concepto sobre el «poner la otra mejilla»: «lo único que conlleva es a la pérdida de la ley, al caos y al eventual colapso de la sociedad civilizada. Venganza y justicia son necesarias porque si no existen correctivos, los perpetradores continuarán con su conducta abusiva y abusarán libremente de otros». Pero, ¿somos nosotros los indicados para juzgar, para determinar quién merece tal correctivo?

Frases como «el honor y la verdad son muy importantes para Satán» presentes en estos libros de demonología o que «Satán representa al que es fuerte y justo» puede ser un excelente punto de partida para comenzar un debate pero, ¿puede considerarse un terreno apropiado para los niños?