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Monarquía, aristocracia y ética elitista: nueva antología de Julius Evola


Hipérbola Janus | 20/08/2022

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Presentamos un nuevo volumen dentro de la colección de antologías de autores de la tradición, en esta ocasión regresamos al maestro romano Julius Evola con Monarquía, Aristocracia y Ética elitista: Antología de artículos evolianos (1929-1974), en lo que viene a ser una continuación de Metapolítica, tradición y modernidad: Antología de artículos evolianos.

Si bien en el primer volumen ofrecimos una variedad de temáticas mucho más amplia de todas las abordadas por el pensador tradicionalista en multitud de publicaciones italianas, y tratamos de ofrecer una visión global de su pensamiento a través de su prolífica faceta de articulista, en esta ocasión hemos creído oportuno concretar mucho más, y tomar como referencia aquellos escritos que nos remiten a la concepción aristocrática y elitista que Julius Evola forjó a lo largo de su trayectoria intelectual, especialmente en la etapa en la que empieza a madurar su idea de Tradición y a lo largo de más de 40 años de actividad ininterrumpida, ni por la Segunda Guerra Mundial ni por los acontecimientos posteriores. Como señalamos en nuestra introducción, incluso en su tortuoso peregrinar por hospitales austriacos e italianos tras el fatídico accidente que le postró de por vida en una silla de ruedas, nunca abandonó su actividad de estudio.

Julius Evola es un autor polémico, sin duda, que suscita apasionados sentimientos encontrados, tanto a su favor como en su contra, y es que la visión mágica y tradicional del mundo que nos transmite y que se traduce en teorías y doctrinas de carácter guerrero y en idealismos suprahumanos sobrecoge a cualquiera que tenga el coraje de sumergirse en su vida y obra. El propio sentido de rectitud, disciplina e imperturbabilidad que transmitía su figura, el misterio abismal que emana de su pétrea soledad, la cual parece que nos observa desde las alturas, fundido prácticamente con las potencias más elevadas del supramundo que con tanta frecuencia evocaba, nos puede resultar incluso apabullante, difícil de descifrar, y más teniendo en cuenta las coyunturas actuales o el propio ritmo de los tiempos presentes, que contribuyen a una mayor actualidad si cabe de su pensamiento y obra.

El sentido aristocrático de la existencia y su dicotomía o, directamente, antagonismo, con el demos, viene a ser una constante a lo largo de toda su obra; se trata de una relación dialéctica de oposición que nada tiene que ver con las jerarquías modernas del dinero, con criterios de orden material, sino que tiene un sentido totalmente tradicional, y en ningún caso puede tener como trasfondo último las disputas ideológicas generadas por la propia modernidad, aunque en ésta se estén produciendo grandes desequilibrios y desarmonías, o sea testigo del descenso del poder hasta alcanzar el Cuarto Estado y el triunfo total del hombre-masa colectivizado.

El pensamiento evoliano tiene unas connotaciones especiales, más aún en las circunstancias actuales, en las que las estructuras del mundo contemporáneo naufragan sin rumbo y nos encontramos en las postrimerías del Kali-Yuga. En el oscurecimiento total de lo espiritual y el mayor de los descensos que el maestro pudiera haber advertido en vida, en las contingencias históricas de su tiempo, su aislamiento aristocrático en las alturas, en el «mundo del ser» frente al devenir, con su continuo fluir del tiempo, de acontecimientos que se agotan en sí mismos y se suceden sin fin.

En este contexto Julius Evola aparece, como decía él mismo al evocar sus primeras experiencias vitales, como dotado del espíritu del Kshatriya, el guerrero védico opuesto al sacerdote contemplativo, al Brahman, más cercano al mundo de las sagas caballerescas, a las mejores tradiciones europeas, en estrecho vínculo con la pureza de los orígenes primordiales, al mundo céltico-europeo del Grial, al espíritu gibelino y a un sentido aristocrático y solar de la existencia. Esas son las verdaderas raíces intelectuales del maestro romano, allí donde hay que radicar la esencia de su doctrina sin caer en los equívocos y tópicos habituales a los que se ha querido reducir su obra y figura: a menudo se ha hablado de él como una especie de mago o cabalista, incluso como un satanista imbuido en oscuras y tenebrosas influencias, que transige con el mundo de la magia y lo oculto, o incluso como un «fascista» o un «racista», sometido a los parámetros ideológicos del mundo de entreguerras. Pero la realidad es que pese a todos los rumores e interpretaciones, más o menos fundadas, más o menos malintencionadas, nuestro autor sigue huyendo de cualquier etiqueta, escapando a todo compromiso en el ámbito de lo puramente contingente y, en definitiva, manteniéndose inclasificable para las estrechas mentes de los «estudiosos» modernos. La indiferencia del Kshatriya hacia todo juicio humano y frente a todas las contingencias se reflejan en el pathos de la distancia, en una ruptura ontológica y metafísica del tiempo.

Está claro que la obra, la doctrina, no se puede entender sin el hombre, sin su experiencia vital, y en este sentido Julius Evola representa un ejemplo de primer orden, tanto a nivel de coherencia interna, de coraje personal, de entereza y, en definitiva, de absoluto compromiso con la idea, con el principio. Hablamos del hombre que en los últimos años de la Segunda Guerra Mundial practicaba de manera apasionada el alpinismo y era un resuelto escalador dispuesto a conquistar las cumbres, a experimentar el contacto con las cimas, con lo elevado y trascendente que habita en la verticalidad de las montañas. Hablamos también del hombre que se batió en el frente durante la Gran Guerra como oficial de artillería cumpliendo en todo momento con su misión y experimentando esa visión transfigurante de la vida a través de la muerte de la que nos habló en su Metafísica de la guerra. Es el hombre que tras aquella fatídica noche en Viena quedó postrado en una silla de ruedas, lastrado y con una salud mermada, la cual nunca fue excusa para victimizarse, sino que asumió con estoica indiferencia como parte de su destino bajo la impersonalidad activa del Kshatriya. La misión de nuestro autor trascendía, por mucho, cualquier vicisitud o adversidad de la existencia concebida en su plano material.

Si tuviéramos que hacer una semblanza del personaje, del hombre a través de la obra, lo que hemos venido apuntando daría una buena medida de su carácter y el porqué de sus ideas, aunque sería imposible reducir a unos breves y sintéticos párrafos el significado que Julius Evola tiene para la cultura disidente de Destra tanto en el ámbito propiamente italiano como en el europeo. Nada que se relacione con el autor tradicionalista italiano puede ser reducido a etiquetas ni puede expresarse mediante sencillos antagonismos maniqueístas. Todo cuanto forma parte de su figura adquiere una solemnidad y una envergadura que quizás esté más allá de todo juicio humano, y nosotros no estemos preparados para desentrañar el gran misterio que todavía es para nosotros el universo evoliano.

A modo de contribución al hombre y a la obra, desde Hipérbola Janus seguimos decididos a continuar divulgando su legado de ideas y doctrinas a través de aquellos escritos más inéditos en forma de artículos, los cuales no deben pasar inadvertidos para aquellos que estén interesados en conocer no solo la obra del maestro romano, sino uno de los ejes fundamentales del pensamiento tradicionalista europeo y uno de los referentes más importantes del siglo XX en esta vertiente.

Las fuentes documentales que han contribuido a la edición de este volumen son, entre otras muchas, la revista evoliana de La Torre (1930), cuya existencia fue efímera, y una serie de publicaciones de carácter periódico como pueden ser La nobiltà della stirpe, Rivolta ideale, La stampa, Lo stato o Monarchia o il conciliatore. Los artículos se encuentran clasificados y secuenciados en función de una lógica temático-cronológica en tres apartados bien diferenciados: monarquía, aristocracia y ética elitista, y en todos ellos se expresa de modo constante un mismo orden de ideas y principios que permanecen invariados a lo largo del tiempo, a pesar de que se reflejen las diferentes coyunturas de las que el autor es testigo en el transcurso de un amplio periodo como son los más de 40 años que se abarcan.

Cabe destacar que en los escritos dedicados a la monarquía no existe ningún enfoque legitimista, ninguna toma de partido por ninguna dinastía reinante ni ninguna reivindicación de derechos dinásticos particulares en lo que se refiere al caso de Italia. La perspectiva evoliana aborda el concepto de monarquía como idea, desde su concepción originaria y primordial, dotada de unos atributos divinos y de un carácter superior que va más allá de lo puramente humano, de las disputas que puedan producirse en el ámbito de la política contingente. De todos modos, hablar de monarquía en el mundo moderno de las democracias liberales no significa otra cosa que hablar de una institución vaciada de legitimidad e incluso de sentido, sometida a los mecanismos de poder profano, a la democracia de masas que pervierte toda idea del poder entendido en términos tradicionales, y que, como señala el propio Evola, ha degenerado en algo puramente humano, individual y social, perdiendo sus verdaderas raíces metahistóricas y sagradas que entroncan con conceptos muy arcaicos del mundo indoeuropeo. La invocación del rex pontifex como «hacedor de puentes», como el verdadero depositario de la conexión entre cielo y tierra, entre lo divino y trascendente y lo humano e inmanente, es una realidad que recorre diferentes modelos de sociedad tradicionales, una realidad que implica aquello que Evola nos señala: «es rey quien nada teme».

Igualmente, y como indicamos en la introducción del libro en cuestión, Julius Evola querría una restauración de la monarquía tradicional en su integridad originaria, pero es consciente del signo de los tiempos y de las coyunturas desfavorables que nos acercan cada vez más al abismo del ciclo descendente que vivimos. Tampoco sería posible hablar de una restauración de la aristocracia en su sentido originario, y mucho menos cuando aquella actual se comporta y vive de la misma manera que lo hace la burguesía, en el contexto de las falsas jerarquías del dinero, en medio de todo tipo de lujos y opulencias vanas, sin ningún tipo de afinidad por el sentido sagrado, guerrero y trascendente que tuvo en sus tiempos más áureos.

Sin ahondar más en los contenidos que pertrechan este nuevo volumen de artículos evolianos, invitamos a los lectores a la adquisición de la obra y al disfrute consciente y activo de los textos que la ilustran. Asimismo también advertimos que esta edición puede ser un objeto de estudio de gran interés para los historiadores de las ideas y de la filosofía, para comprender las dinámicas que vertebran las doctrinas evolianas, y por ello también queremos contribuir a ámbitos más académicos en el estudio serio y riguroso de la obra, de inestimable valor, del maestro romano.

Julius Evola: Monarquía, Aristocracia y Ética elitista: Antología de artículos evolianos (1929-1974). Hipérbola Janus (Agosto de 2022)