La situación de los cristianos en el estado indio de Manipur es motivo de preocupación. La violencia contra esta minoría religiosa sigue aumentando. Recientemente, el 12 de junio, un pueblo católico fue atacado por nacionalistas hindúes, que quemaron 44 casas y destruyeron una iglesia. Este periodo es insoportable para los cristianos, que sólo representan el 2,3% de la población.
Violencia cristianofóbica y legislación
Parece que la discriminación y los actos de vandalismo contra los lugares de culto cristianos se han convertido en algo habitual. El pasado noviembre, el Foro Cristiano Unido registró 511 incidentes anticristianos en el país, frente a los 505 de 2021.
El 3 de mayo, por ejemplo, militantes meiteis destrozaron y destruyeron la iglesia de San Pablo y el centro de formación pastoral de Sangaiprou. Rompieron ventanas, puertas, el interior de la iglesia, estatuas, crucifijos, equipos de sonido e instrumentos musicales, y prendieron fuego al altar. Unas semanas más tarde, la parroquia del Santo Redentor de Canchipur también fue atacada. Un grupo de personas no identificadas, armadas con barras de hierro y palos, destruyeron violentamente las puertas de entrada e incendiaron la iglesia. Las fuerzas de seguridad presentes en el lugar no pudieron controlar a la multitud. El cardenal Oswald Gracias, arzobispo de Bombay, expresó su preocupación por la situación, que está causando «ansiedad a todos y sufrimiento a la población de la región».
Además de estas acciones inusualmente violentas, la legislación es cada vez más represiva. Acusada de proselitismo, la religión cristiana es objeto desde hace varios años de leyes anticonversión. Esta legislación abiertamente cristianófoba estipula que si una persona decide convertirse al cristianismo, debe notificarlo a las autoridades con un mes de antelación. Si las autoridades sospechan de manipulación o conversión forzada, se anulará el procedimiento. Las personas del entorno del converso o la conversa pueden ser multadas o incluso encarceladas.
Una situación política hostil a los cristianos
Contactado por Boulevard Voltaire, Thomas Oswald, del departamento de información de Aide à l’Église en détresse (AED), explica estas persecuciones por «un conflicto étnico agravado por la situación política». Y añade que «con un Primer Ministro que declara que la India pertenece a los hindúes, éstos se sienten en posición de fuerza y no dudan en atacar a las minorías cristianas». Fuentes locales acusan al BJP, el partido gobernante en India, de avivar las llamas de la violencia. Esta acusación se ha visto reforzada por la dimisión del vicepresidente del partido en Mizoram, R. Vanramchhuanga, que también afirmó que la destrucción de iglesias cristianas en Manipur se había llevado a cabo con el «apoyo del Estado y de las autoridades centrales».
Para Thomas Oswald, detrás de esta violencia se acusa a todas las religiones minoritarias (incluidos los cristianos) de no ser verdaderos indios. «Con la elección de Narendra Modi, vimos surgir el tema hindú, la idea de que India es una nación y una religión. Las demás religiones son meros invitados», explica.
A la espera de medidas en favor de una religión cristiana abiertamente perseguida, Emmanuel Macron se contenta con recibir a Narendra Modi, primer ministro indio, en el Elíseo y concederle la Gran Cruz de la Legión de Honor. Esto es menos inquietante cuando la cruz no es cristiana…
Nota: Cortesía de Boulevard Voltaire
Felix Perrollaz es periodista de Boulevard Voltaire.