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Estados Unidos: Joe Biden y Donald Trump se suman al populismo


Nicolas Gauthier | 11/02/2023

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Basta con mirar el mapa electoral de Estados Unidos para comprender la división entre demócratas y republicanos. A los primeros, las costas Este y Oeste, con fama de «abiertas» y «cultas». A estos últimos, el Medio Oeste, esa «gente deplorable» estigmatizada en su día por Hillary Clinton. Para ser más precisos, a los rednecks de la América invisible hay que añadir los bastiones republicanos (pero también ricos) que son Texas y Florida.

Joe Biden puede ser considerado «senil», pero al menos tiene un equipo que conoce su trabajo. De ahí este cambio de marcha que le empuja a hablar a los abandonados del sueño americano; los que hicieron la victoria de Ronald Reagan en 1980 y la del inclasificable Donald Trump en 2016.

Así, durante el tradicional «discurso sobre el estado de la Unión» ante el Congreso, Joe Biden hizo un llamamiento a los «olvidados por el crecimiento». Y dijo: «Durante décadas, la clase media ha sido aplastada. Los empleos bien pagados se iban al extranjero, las fábricas cerraban». Es tan bueno como Donald Trump. Mejor aún, dice el actual inquilino de la Casa Blanca: «Con el tiempo, perdimos algo más: nuestro orgullo, nuestra confianza en nosotros mismos». En resumen, una versión demócrata del Make America Great Again.

Mejor aún: Joe Biden promete «sanar el alma de América». ¿A la espera de curar la escrófula y sanar a los leprosos? Este «destino manifiesto», tan apreciado por los descendientes del Mayflower, que hace de Estados Unidos un autoproclamado «Nuevo Mundo» bendecido por Dios, también puede inspirarse en la tradición taumatúrgica de nuestros reyes de Francia, el odiado símbolo del «Viejo Mundo».

Por su parte, Donald Trump, lejos de admitir su derrota y creer que le «robaron las elecciones» en 2020, sigue ganando la campaña… en la campaña. La del ya mencionado Medio Oeste, que Joe Biden intenta impugnar. Este último, seguramente menos dormido de lo que se dice, se ve ahora obligado a agitar su propio campo, llegando incluso a estigmatizar a estos «liberales de limusina», el equivalente actual de los «radicales chic» ya ridiculizados por el escritor Tom Wolfe, en un artículo publicado en 1970 en New York Magazine y que sigue siendo famoso desde entonces.

En otras palabras, es una carrera hacia la chalota populista. ¿Es éste un escenario bien ensayado que, año tras año, convendría a ambas partes de la discusión? Nada es menos cierto.

De hecho, si nos atenemos a las últimas encuestas (a falta de casi dos años, no dicen mucho, pero sí un poco), el caso no está necesariamente en punto muerto. Si el anunciado duelo entre Joe Biden y Donald Trump volviera a desembocar en una suerte de empate, las posibilidades del candidato demócrata serían mucho menores frente a esta joven esperanza del Partido Republicano que sigue en ascenso; Ron DeSantis, el gobernador de Florida.

Este hombre tiene madera de alborotador. Para empezar, no es un protestante evangélico, sino un católico puro de origen italiano. Frente a la pandemia del coronavirus no era más partidario de la contención generalizada sino de un saneamiento laxo. Originalmente un escéptico del clima, también sabe cómo poner agua en su Coca-Cola. Igualmente dubitativo sobre la ideología LGBTQ+, consiguió meter en cintura a la multinacional Disney por sus políticas wokistas, amenazando con acabar con las exenciones fiscales concedidas a la firma de grandes orejas, incluido Disney World, su parque de Florida, que se ha convertido casi en un estado fiscal dentro del estado federal.

Esta multinacional, más atenta a la chequera que a las luchas sociales, parece que finalmente cedería. En una palabra, el anunciado duelo entre Joe Trump y Donald Biden podría agitarse en los próximos días, con Ron DeSantis más emboscado que nunca.

Fuente: Boulevard Voltaire