En un cómic que se publicará en noviembre, Superman tiene un hijo aún más genial que su padre. El antepasado era heterosexual y no muy fute-fute, la descendencia está inmersa en el calentamiento global, la crisis de refugiados y la necesidad de reelegir a Macron. Por supuesto, es bisexual. En resumen, nada de nada.
¡John Kent, hijo de Clark Kent (el primer Superman), se hace amigo de un periodista y plis, plas! Romance en el amor, góndolas en Venecia, panorama del Orgullo Gay, tres migrantes a sus espaldas… El gran juego, luego de vuelta a la realidad: encuentro con Sandrine Rousseau. De ahí la gran «S» roja en el traje azul. El héroe también está enamorado del verde brillante. ¿Que elegir? El suspenso está en su apogeo. Leer más en la edición de diciembre.
En la editorial de DC Comics, la bisexualización del héroe es una manía. Durante la última aventura de Batman, el pequeño Robin se descubrió «navegando a vela y a vapor» con el Batmóvil arrancado. El lector puede sentirse decepcionado de que Spiderman no haya sido deconstruido.
En los cómics inclusivos, Tarzán con un delantal floral va de enredadera en enredadera en las universidades de verano de Europa Ecología-Los Verdes. No más diversión. Los héroes legendarios se alinean. Por fin, las increíbles aventuras del intrépido joven colgando de un hilo a una torre en llamas. El temerario cómico ahora está ocupado marcando las casillas del globalismo. «La misión, si la aceptas: no olvidar un solo cuadrado. Buena suerte». Con la frente sudorosa, los protagonistas de Misión Imposible se sientan alrededor de una mesa.
Una hora y media de acrobacias después, y al final de estas intensas discusiones, todos expresan las preocupaciones de Superman. Bisexuales con depresión climática y similares. El gran olvidado de la operación: el espectador. No es seguro que la película de acción al estilo de Godard cautive a las multitudes. El concepto de inclusión inclusiva está muy avanzado.
Fuente: Boulevard Voltaire
Jany Leroy es articulista.