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El escándalo que podría asegurar la reelección de Donald Trump


Me Marc Amblard | 21/10/2020

 Nuevo libro de Santiago Prestel: Contra la democracia

A dos semanas de las elecciones más tensas y definitivas de Estados Unidos, surge un asunto explosivo que no dejará de tener consecuencias para los comicios: el MacBook de Hunter Biden, hijo del candidato a la Casa Blanca.

La historia, publicada por varios medios estadounidenses, es digna de un thriller de Michael Connelly o John Grisham: hace un año y medio, según Hunter, había confiado su ordenador a un técnico de Delaware para su reparación. Hunter tardó en ir a recogerlo a pesar de los avisos. El técnico, molesto por no cobrar (al menos eso dicen), decide revisar los correos. Lo que descubre lo asombra.

Decide, entonces, enviar una copia del disco duro al FBI, que no hace nada. Unos meses después, nuestro técnico no suelta el caso y envía una segunda copia a la oficina de Rudy Giuliani, ex-alcalde de Nueva York y que, «por cierto», es abogado del actual inquilino de la Casa Blanca.

Más reactivo que el FBI, Rudy decide esperar muchos meses antes de enviar, recientemente, algunos correos sulfurosos al muy leído New York Post, que publicó, el 14 de octubre, un archivo volcánico sobre el hijo… y el padre.

Recordemos el caso Burisma, el nombre de la empresa de gas en Ucrania por la que el propio Joe admite, en un vídeo, haber presionado (con éxito) al gobierno ucraniano para que denigrase a su fiscal que estaba investigando al hijo. a cambio de un préstamo de mil millones de dólares estadounidenses mientras era vicepresidente.

La investigación siguió al muy sospechoso y lucrativo nombramiento de Hunter para la junta directiva de la compañía cuando carecía de conocimientos en energía. Tampoco hablaba el idioma del país. Su único activo era ser el hijo del vicepresidente a cargo de la ayuda estadounidense a Ucrania.

Las tribulaciones de Hunter no terminan ahí, ya que supuestamente también recibió más de tres millones de dólares del alcalde de Moscú mientras su padre todavía estaba en el negocio junto a Barack Obama por razones aún desconocidas para el público en general.

Cuando se le preguntó (rara vez) a Joe Biden sobre las hazañas del niño, su argumento fue que el negocio de Hunter no era asunto suyo. Esto lo vimos el pasado 30 de septiembre, durante el primer debate preelectoral.

Donald Trump sabía que no lo era. Se mordió el labio pero no reveló nada. Prefirió esperar un poco más por razones estratégicas.

Y esta es la revelación más interesante del caso: según el New York Post, los correos electrónicos encontrados en el ordenador de Hunter revelan la complicidad con su padre, el primero donando discretamente la mitad de sus ganancias al segundo.

Si todo esto es cierto, es tremendo y claramente pone en peligro las posibilidades de Joe Biden el 3 de noviembre. Un asunto a seguir…

Fuente: Boulevard Voltaire