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El nacionalismo serbio: más allá de la realidad, más acá de la ficción


José Antonio Bielsa Arbiol | 17/06/2020

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Este ensayo tan diferenciado, que por varios conceptos puede considerarse uno de los más cumplidos que verán la luz este año 2020, pasaría por ser en un contexto cultural normalizado –inexistente en el ámbito español- una obra de referencia sobre el asunto que trata: El nacionalismo serbio; es la impresión que tuvimos al terminar su fluida lectura: no hay libros accesibles de este tenor en el mercado español, tan poco receptivo a la cultura eslava no decimonónica; su pertinencia, por tanto, está plenamente justificada, pues viene a llenar un vacío considerable que satisfará a un amplio arco del público lector interesado en estos asuntos.

Fernández Riquelme ha logrado destilar sus muchas horas de lectura dedicada a los escritores serbios para conformar una suerte de calidoscopio introspectivo en el que la historia, y el relato literario, se abrazan para redefinir la peculiar cosmovisión histórica de una patria arrasada en su identidad de puertas afuera (no sólo por la violencia sinárquica, sino también por la prensa amarilla y el maniqueísmo que ésta emana): la vía de la demonización y los discursos lateralizados han sumido a la Serbia post-Milošević en una dolorosa historia quebrada, sin solución de continuidad… por el momento.

La hermenéutica del libro permite abordar su lectura desde tres perspectivas diferentes y complementarias, a saber:

1) Como historia cultural de la literatura serbia, a partir del estudio de sus más prominentes literatos (del clásico Karadžić al coetáneo Vladimir Arsenijević), hábiles codificadores de la épica-mística que iba/va a conformar el devenir político-patriótico de la nación, sustentado en las fuentes nutricias de un pasado más o menos mixtificado.

2) Como análisis de los procesos de disolución y autofagia en la extinta Yugoslavia, en aras a la comprensión de una unidad territorial artificialmente generada, y ante la imposición de un espacio multicultural descoyuntado por la propia imposibilidad de armonizar sus mutuos desequilibrios en una irrealizable convivencia.

3) Y como antítesis de los movimientos nacionalistas legítimos vividos en la Yugoslavia post-Tito… con respecto a un escenario tan irreconciliable como el español, con sus nacionalismos psicóticos galopantes (catalán y vasco por sobre todo), imposibles de parangonar al caso yugoslavo.

Obviamente el libro permite otras muchas lecturas, a demanda de las inquietudes del lector, como la política y la filosófica, sin desdeñar la posibilidad sentimental del «cuaderno de viaje», un poco a la manera del preclaro Handke.

Dicho esto, no más queremos recomendar al potencial interesado la lectura encarecida de El nacionalismo serbio, que ratifica a Fernández Riquelme como uno de los pesos pesados de la erudición en España, en cuanto hábil difusor del estudio de los movimientos identitarios y su proceso de asimilación en un escenario postmoderno tan complejo como el actual.

Sergio Fernández Riquelme: El nacionalismo serbio. Letras Inquietas (Marzo de 2020)