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Europa: un campo de juego en tiempos de guerra para la estrategia estadounidense-otanista


Manlio Dinucci | 15/06/2021

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En 2020, la movilidad terrestre de las personas en la Unión Europea se vio paralizada por los bloqueos, principalmente como consecuencia del bloqueo turístico. Lo mismo ocurrió con la movilidad aérea: según un estudio del Parlamento Europeo (marzo de 2021), Europa sufrió una pérdida neta de 56.000 millones de euros y 191.000 empleos directos, más de un millón en industrias relacionadas. En 2021, la recuperación parece muy problemática. Sólo un sector ha aumentado mucho su movilidad, en contra de la tendencia: el sector militar.

En este momento, unos 28.000 soldados se desplazan de un país a otro de Europa con tanques y aviones: participan en Defender-Europe 21, el mayor ejercicio militar de Estados Unidos (no de la OTAN) en Europa, en el que participan 25 aliados y socios europeos. Italia participa no sólo con sus fuerzas armadas, sino como nación anfitriona. Al mismo tiempo, está a punto de comenzar el ejercicio Steadfast Defender de la OTAN, en el que participan más de 9.000 soldados estadounidenses y europeos, incluidos los italianos. Se trata de la primera prueba a gran escala de los dos nuevos mandos de la OTAN: el Mando de Fuerzas Conjuntas, con sede en Norfolk (EEUU), y el Mando de Apoyo Conjunto, con sede en Ulm (Alemania). La «misión» del Mando de Norfolk es «proteger las rutas atlánticas entre América del Norte y Europa» que, según la OTAN, están amenazadas por los submarinos rusos; la «misión» del Mando de Ulm es «garantizar la movilidad de las tropas a través de las fronteras europeas para permitir un refuerzo rápido de la Alianza en el Frente Oriental», amenazado por las fuerzas rusas, según la OTAN.

Para esta segunda «misión», la Unión Europea desempeña un papel importante, ya que los militares estadounidenses han solicitado la creación de un «espacio militar Schengen». El plan de acción sobre movilidad militar, presentado por la Comisión Europea en 2018, prevé cambios en «las infraestructuras (puentes, ferrocarriles y carreteras) que no están adaptadas al peso o al tamaño de los vehículos militares pesados». Por ejemplo, si un puente no puede soportar el peso de una columna de tanque de 70 toneladas, debe ser reforzado o reconstruido. Tras destinar una cantidad inicial de unos 2.000 millones de euros a este fin, en fondos públicos deducidos del gasto social, los Ministros de Defensa de la UE (Lorenzo Guerini por Italia) decidieron el 8 de mayo implicar a Estados Unidos, Canadá y Noruega en el Plan de Movilidad Militar de la Unión Europea. El Secretario General de la OTAN, Jens Stoltenberg, que asistió a la reunión, subrayó que «los aliados no pertenecientes a la UE desempeñan un papel esencial en la protección y defensa de Europa». Así, la OTAN (21 de los 27 países de la UE son miembros de la OTAN), tras encargar a la UE que lidere y financie la reestructuración de las infraestructuras europeas con fines militares, está asumiendo de hecho la gestión del «Espacio Militar Schengen».

En la región europea transformada en plaza de armas, la adaptación de las infraestructuras a la movilidad de las fuerzas de Estados Unidos y la OTAN se pone a prueba en ensayos de guerra que incluyen «el despliegue de fuerzas terrestres y navales desde Norteamérica hasta la región del Mar Negro».

Sirven (en palabras del señor Stoltenberg) para «demostrar la capacidad y la voluntad de la OTAN de proteger a todos sus aliados de cualquier amenaza». El tipo de «amenaza» también fue declarado por los ministros de Asuntos Exteriores del G7 (Estados Unidos, Canadá, Gran Bretaña, Alemania, Francia, Italia y Japón), reunidos el 5 de mayo en Londres. Los siete ministros (Luigi Di Maio por Italia), invirtiendo los hechos, acusaron a Rusia de «comportamiento irresponsable y desestabilizador, anexión ilegal de Crimea, reagrupación de fuerzas militares en la frontera ucraniana, uso de armas químicas para envenenar a opositores, actividades maliciosas dirigidas a socavar el sistema democrático de otros países, amenazar el orden internacional basado en reglas». El hecho de que el G7 haya formulado estas acusaciones con las mismas palabras utilizadas por el Pentágono y repetidas por la OTAN, confirma la existencia de una misma matriz en la estrategia de tensión que empuja a Europa a una situación cada vez más peligrosa.

Nota: Cortesía de Euro-Synergies