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Reportajes

Invasión marroquí de Ceuta: cinco claves y cinco medidas


Redacción | 19/05/2021

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¿Por qué ha sido invadida Ceuta por miles de marroquíes? ¿Por qué España no defiende sus fronteras? ¿Es posible garantizar la españolidad de Ceuta, Melilla e Islas Canarias?

1. España es un estado fallido: es incapaz de controlar e imponer el orden en sus fronteras. De igual manera, tampoco es capaz de asegurar sus calles. La última prueba de ello es que, durante las últimas horas, los ceutíes se han refugiado en sus casas aterrorizados ante el terror y el caos creado por los más de 10.000 invasores que han entrado en la ciudad. Los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, como es habitual, han recibido órdenes de no hacer nada.

2. España ha subcontratado la defensa de su frontera africana a Marruecos: gracias a los delirantes complejos socialmente impuestos por la progresía, la izquierda y los separatistas («no hay ninguna persona ilegal», «las fronteras no existen», etc.), nuestras fronteras han sido desmanteladas y ya no existen. Como ha podido comprobarse estos días, el control de las mismas dependen en exclusiva de Marruecos. Si Marruecos abre las puertas de su verja, cualquiera puede entrar en España ya que no tenemos verja ni puerta.

3. Un gobierno antiespañol y al servicio de poderes extranjeros: es evidente que el ejecutivo presidido por el socialista Pedro Sánchez y que gobierna gracias al apoyo de separatistas y comunistas está absolutamente controlado y sometido a intereses foráneos, nunca nacionales. El actual gobierno es igual de enemigo de los españoles que el marroquí. La diplomacia española en general y ante Marruecos en particular no se dicta en Madrid. Así es imposible hacerse respetar y defenderse. En Rabat son plenamente conscientes de ello y más desde que han logrado el apoyo explícito de Estados Unidos.

4. España ha vuelto a equivocarse en política exterior: salvo el gobierno de José María Aznar, el resto de ejecutivos ha buscado mantener buenas relaciones con Marruecos y con el terrorista y comunista Frente Polisario. Guste o no, la diplomacia se basa en la realpolitik y no en el buenismo. En diplomacia, es imposible ser aliado de todos. Si España estuviera dispuesta a defenderse, no tendría la necesidad de depender constamente de los caprichos de Rabat o, en menor medida, del Frente Polisario. Desarrollaría su estrategia geopolítica sin consultar a unos y a otros. Sin embargo, hemos decidido desarmarnos moral, intelectual y militarmente. Guste o no, en Rabat lo saben y nos han tomado el pulso. La respuesta del ejecutivo socialcomunista ha sido la habitual: apelar al diálogo entre ambas partes, la solidaridad… Pero, como la historia nos ha enseñado, la pacificación nunca disuade al agresor.

5. Se trata de una invasión en toda regla: la entrada en una ciudad del tamaño de Ceuta (no llega a 90.000 habitantes) de más de 10.000 sujetos enviados por otro país no es un problema migratorio sino una invasión. Y debe abordarse como tal.

¿Hay solución al problema? Sí, y pasa por adoptar, de manera urgente, cinco medidas.

1. Expulsión inmediata de todos los invasores, sin excepciones.

2. Tomar medidas militares reales para que esta situación no vuelva a repetirse, al coste que sea.

3. Romper relaciones con Marruecos e informar a Rabat que Ceuta, Melilla y las Islas Canarias han sido, son y serán españolas y que cualquier nueva agresión supondrá una respuesta militar contundente.

4. Juzgar por terrorismo al jefe del Frente Polisario, Brahim Gali, hospitalizado con el dinero de todos los españoles como responsable de un grupo que asesinó a cientos de nuestros compatriotas. Romper, en el caso de que todavía las hubiera, cualquier tipo de relación con el Frente Polisario. España ofreció a los saharauis seguir siéndolo. Su respuesta fue el separatismo y el terrorismo. Hicieron una elección y deben asumirla. España no les debe nada.

5. Proceder a la expulsión de todos los marroquíes que se encuentran ilegamente en suelo español, sin descartar, en el caso de que arrecie el conflicto, extender la medida a los legales.

Por supuesto, el gobierno de Pedro Sánchez y sus socios jamás adoptará ninguna de estas medidas ya que jamás debemos olvidar de que siempre serán el problema y nunca parte de la solución.