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Carta a José Antonio (a pocas horas de su exhumación)


Santiago Prestel | 23/04/2023

 Nuevo libro de Santiago Prestel: Contra la democracia

Santiago Prestel | 23/04/2023

Hola, José Antonio. Tienes que perdonarme varias cosas. La primera, que te trate de tú, aunque creo que es lo que te hubiera gustado. Lo segundo, que tenga la osadía de escribirte, bueno, de escribir sobre ti.

No te voy a engañar: si hubiéramos coincidido en el tiempo, yo no hubiera sido falangista sino de las JONS y de Ramiro. De hecho, me hubiera opuesto tajantemente a la fusión que se dio. Que puedo decir, me cuesta llegar a ti.

Pero eso no impide, que pueda reconocer la profundidad de tu obra y la grandeza de tu figura. Eres una de esas personas, que han hecho grande a España. Has trascendido lo humano para convertirte en una idea. Y, las ideas, no pueden ser fusiladas. Si bien mataron al hombre, jamás podrá acabar con tu obra. Eso les duele a tus enemigos. Les duele en el alma, que en sus filas no hubiera otro como tú. Deberías ser patrimonio inmaterial de España.

Ya sabes cómo son los comunistas, valientes con los muertos y muy cobardes con los vivos. Por ello, este lunes, 24 de abril, día de tu cumpleaños, piensan volver a molestarte en tu eterno descanso. Se que, en tu infinita bondad, no les guardas rencor. Nunca quisiste separar a los españoles si no juntarlos en España, en esa unidad de destino en lo universal. Como bien dijiste, «ojalá fuera mi sangre la ultima que se vertiera en discordias civiles. Ojalá encontrara ya la paz el pueblo español, tan rico en buenas cualidades entrañables, la patria, el pan y la justicia». Apelo también a esa bondad, para que sepas perdonarnos a todos aquellos, que te sentimos y no estamos dando una respuesta adecuada a todo lo que va a suceder.

Debo decirte que, tantos años después de tu muerte, seguimos con esa revolución pendiente. Fuiste un visionario. Lo que predijiste se está cumpliendo. Las izquierdas han abandonado a los trabajadores y las derechas se han vuelto abiertamente contra la nación. La democracia se ha convertido en el mal del pueblo y el capitalismo está arruinando por todo aquello por lo que luchaste. No queda esperanza.

Creo que todo lo que va a pasar en los próximos días tiene un motivo concreto. Tus enemigos, los enemigos de España, te tienen miedo. A ellos les da igual que descanses en un sitio o en otro, lo importante es lo que significa el gesto que van a realizar. Perdieron la guerra pero quieren ganarla décadas después. Quieren rescribir la historia, quieren convertirte en un verdugo, cuando en verdad, eres una victima del terror rojo que asoló España.

Ojalá tanto tu como Ramiro, hubierais sobrevivido a la guerra. Hoy, sin lugar a duda, España sería un lugar mejor. Hubiérais implantado un Estado hispánico, haciendo de España, esa unidad de destino en lo universal. Los pocos que os seguimos tratamos de hacerlo lo mejor posible. Créeme, a fe que lo intentamos, pero nunca llegaremos a ser lo que fueron tanto la Falange como las JONS primigenias.

No quiero extenderme mucho más puesto que no me considero digno de escribir sobre ti, sobre lo que significan tus palabras. Solo agradecerte que me acompañaras en esas largas noches leyendo tu obra. Reconozco que nunca me sentí solo. Gracias por abrirme a mundo nuevo cuando por primera vez leí tus Discursos frente al parlamento. Y gracias por hacer de aquel adolescente un hombre mas o menos hecho y derecho.

Por desgracia, hoy, los enanos han vuelto a poder más que el gigante. Tantos años después de tu asesinato sigue siendo la hora de los enanos. Tú gozas ya del premio allá en lo alto, en la perpetua serenidad. ¿Pero quién se acordará de estos enanos dentro de 100 años? Nadie. Absolutamente nadie. Sin embargo, tu figura será recordada dentro de 100 años. Por que tu alma inmortal seguirá marcando el camino de todos aquellos que busquen la grandeza de España.

Espero, jefe, que tu cuerpo mortal, encuentre ya su eterno descanso. Siento no estar a la altura de lo que te van a hacer. Solo espero que, algún día, podamos encontrarnos, allá en los luceros, brazo en alto, para poder pedirte disculpas por lo que te van a hacer, por no estar a la altura de lo que España demanda de nosotros. Pero, mientras ese día llega, prometo que seguiremos luchando lo mejor posible por la patria, el pan y la justicia.

Santiago presteL: Frente al liberalismo: Por una alternativa nacional y soberana. Letras Inquietas (Diciembre de 2022)