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Contornos de un mundo multipolar (V): rechazo y regeneración


Ljubisa Malenica | 27/01/2024

 Nuevo libro de Santiago Prestel: Contra la democracia

Como conclusión de este texto, prestaremos atención a las formas en que determinada sociedad puede defenderse de los intentos agresivos e invasivos de imposición de la ideología occidental. En opinión del autor, hay dos segmentos cruciales en la lucha contra la colonización ideológica por parte del Occidente colectivo.

El primero puede definirse, en términos generales, como un proceso de rechazo de todos los elementos del sistema occidental que son claramente negativos o incompatibles con los valores de la población local. Este proceso podría entenderse como una inmunización social. Una parte crucial de este segmento es la identificación adecuada y precisa de las instituciones, organizaciones e individuos que Occidente utiliza como canales para la colonización y la subversión cultural. Al mismo tiempo, no debe excluirse de este proceso la expulsión de las normas legales y costumbres impuestas que benefician al propio Occidente. El lawfare, el ataque a las naciones mediante la subversión de sus sistemas legales, es un método probado para debilitar y subyugar a los países fuera del bloque occidental.

Según la experiencia de los Estados balcánicos, especialmente aquellos que formaron la ex Yugoslavia, una de las principales herramientas para la influencia occidental, tanto en la población como en las estructuras políticas, son las redes de organizaciones «no gubernamentales».

En esencia, estas ONG son todo menos no gubernamentales, dado que están financiadas directamente por gobiernos de otros países, predominantemente occidentales. Estas organizaciones son, y ya no cabe duda de ello, agentes extranjeros y deberían ser tratadas como tales. Además de la experiencia de los países balcánicos, >no se debe olvidar el papel que dicha organización desempeñó en la «primavera árabe» y la inestabilidad política y la violencia que envolvieron a países desde Siria hasta Libia. El hecho de que la ONG serbia Otpor, financiada por Occidente, haya tenido su papel en las revoluciones de color y en los intentos de tales revoluciones en Egipto, Siria, Túnez, Libia y otros países simplemente enfatiza el hecho de que estas organizaciones no son del pueblo ni para la gente. Utilizarán la frustración nacional para promover intereses extranjeros, manipulando así a la gran mayoría de la gente para que lleve a cabo acciones que, a largo plazo, son destructivas para el bien común de la nación en cuestión.

Es tarea tanto de las autoridades como de los grupos sociales nativos identificar a estos actores, eliminar su capacidad de financiarse e interactuar con ciudadanos individuales o instituciones comunales como escuelas, lugares de trabajo, sindicatos y similares. Dado que no hay valores que valga la pena dentro del sistema ideológico occidental, no se debe tolerar toda esta red para su promoción.

Sin embargo, este segmento de la inmunización no debe ser independiente y necesita ser seguido o paralelo por actividades que promuevan la cultura autóctona, tanto en el nivel más bajo, el espacio local, como en el nivel más alto, el territorio nacional. Hay muchas áreas donde se pueden implementar medidas que fomenten la regeneración y el crecimiento del pensamiento y el trabajo nativos auténticos. Después de la declaración de Aleksey Komov, miembro del presidium de la Unión Rusa de Arquitectos, sobre la creación de un nuevo estilo arquitectónico ruso, podemos ver que la arquitectura puede y debe ser sin duda uno de esos ámbitos. La utilización de la lengua local y la adaptación de nombres extranjeros a dicha lengua, que se puede notar en Rusia, es otro espacio de descolonización cultural de los modelos ideológicos occidentales.

La moda puede ser un camino para reintroducir viejos estilos nativos de ropa, modernizados, adaptados o en su apariencia original, y distanciar la propia cultura de la ropa occidental ahora globalmente aceptada, que también es parte del impulso occidental por la imposición universal de sus valores. La educación, el esfuerzo científico, la creación de costumbres sociales contemporáneas basadas en las normas autóctonas más antiguas, todas estas vías, y muchas más, están disponibles y simplemente requieren voluntad para su implementación y un enfoque serio del proceso dado.

La lucha ideológica entre el bloque occidental y el resto del planeta, dentro de un mayor proceso de creación mundial multipolar, parece inevitable, dado que la ideología occidental pretende un estatus de universalidad. Cuanto antes las naciones que apoyan el orden mundial multipolar comiencen a resistir y rechazar el sistema ideológico occidental, más fácil será la lucha general. El método más productivo y sencillo para lograrlo se presenta mediante el fomento persistente e integral de patrones culturales y tradicionales locales, teniendo en cuenta que la particularidad siempre viene acompañada de límites físicos. El verdadero orden mundial multipolar no puede lograrse sin multipolaridad también en las ideas, lo que sin duda encontraría su expresión en el espacio geográfico. Alentar a otros a invertir en su propia singularidad histórica y cultural sólo puede servir para limitar aún más la ideología occidental, cualquiera que sea la forma que adopte, a las naciones que pertenecen al Occidente colectivo. Una vez que este proceso autosostenible se arraigue en diferentes sociedades, la descontaminación ideológica global se acercaría más a su objetivo final.

Contornos de un mundo multipolar

Primera parte
Segunda parte
Tercera parte
Cuarta parte
Quinta parte

Traducción: Carlos X. Blanco