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Reportajes

Estados Unidos: ¿por qué ha ganado ya Donald Trump?


Frédéric Lassez | 18/11/2023

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¿Y si finalmente es él? Una encuesta tras otra parecen confirmar lo impensable: Trump podría volver a la Casa Blanca en 2024. El último sondeo del New York Times le sitúa a la cabeza en cinco de los seis estados clave que podrían decantar las próximas elecciones presidenciales. Lo peor para los demócratas es que su odiado adversario está logrando avances sin precedentes entre los jóvenes y las minorías negras e hispanas.

De confirmarse esa tendencia, «sería la culminación de una década de realineación del electorado en la dirección del populismo conservador de Trump, al tiempo que daría al traste con las esperanzas demócratas de aglutinar una mayoría progresista en torno a una nueva generación de votantes jóvenes y no blancos», lamenta el New York Times. Los patrones familiares de la política estadounidense se difuminan cada vez más, y los analistas pierden el contacto.

Trump sigue ahí

Todo el mundo pensaba que la avalancha de procesos judiciales abiertos contra Trump le hundirían. Al contrario, le han impulsado a la cima. Y aquí está ahora, ¡mostrando orgulloso sus múltiples acusaciones como un mariscal soviético con sus medallas! Trump no sólo no ha sido borrado del paisaje político estadounidense, sino que es el centro del mismo, en torno al cual gravitan inexorablemente adversarios y partidarios.

La única explicación racional sería buscar los puntos débiles de su oponente. Es cierto que Joe Biden ha acumulado récords de impopularidad. Pero eso sería olvidar los temas en juego en la actual campaña presidencial: proteccionismo económico, inmigración y política exterior. Estos fueron los temas clave de Trump cuando lanzó su primera campaña en 2015, y se han afianzado desde entonces.

América primero

En realidad, no es tanto la personalidad de Trump como su dinámica populista America First lo que está remodelando el panorama político estadounidense. En 2020, Lou Dobbs, antiguo presentador de Fox News, publicó un libro titulado The Trump Century. A primera vista, un panegírico bastante grotesco. Y, sin embargo, al examinarlo más de cerca, nos sorprende, retrospectivamente, la exactitud de algunos de los análisis. No menos importante es la afirmación de que los temas que se debatirán en el futuro serán aquellos que Trump haya empujado desde la periferia al centro de la política estadounidense.

Según Dobbs, el programa America First tenía cinco prioridades interrelacionadas. Devolver el empleo a Estados Unidos significaba poner fin a la deslocalización del globalismo destructivo, regular firmemente la inmigración y reequilibrar el comercio, en particular con China. La consecución de estos objetivos requiere también una política exterior centrada en los intereses estadounidenses, así como una mayor seguridad nacional.

Sobre esta base, explicó Dobbs, los demócratas bien podrían ganar batallas, pero permanecerían confinados dentro del marco definido por Trump. El resultado le dio la razón. Biden ganó, pero en muchas cuestiones se vio obligado a ceñirse a la visión de su predecesor.

Biden tras los pasos de Trump

«Mi plan económico es invertir en lugares y para personas que han sido olvidadas», declaró el actual presidente en febrero de 2023. «En medio de la convulsión económica de las últimas cuatro décadas, demasiadas personas han sido dejadas atrás y tratadas como si fueran invisibles», añadió. Lejos de oponerse a Trump, Biden ha abrazado su proteccionismo asertivo y se ha embarcado a su vez en una confrontación comercial con China.

En materia migratoria, y ante una situación que se ha descontrolado en la frontera sur, el presidente estadounidense ha realizado una serie de reniegos desde su elección. La última, y sin duda la más simbólica, es la reanudación de la construcción del muro que Trump quería en la frontera con México. «No habrá ni un metro más de muro construido bajo mi administración», dijo Biden en una entrevista en agosto de 2020.

Por último, en materia de política exterior, Joe Biden ha hecho a Trump al revés. Al tratar con Rusia, ha adoptado un enfoque ideológico intransigente basado en la lógica de la escalada militar. El resultado es que, después de Afganistán e Iraq, Ucrania se está convirtiendo en otra guerra interminable para Estados Unidos.

En Oriente Medio, Biden comenzó de nuevo con un enfoque ideológico y moral, fustigando al príncipe heredero saudí Mohammed bin Salmane. «Vamos a hacer que paguen el precio y vamos a convertir a ese Estado en los parias que son», dijo en 2019, en referencia al asesinato del periodista Jamal Khashoggi cuando era candidato.

Posteriormente, cuando se convirtió en presidente, Biden adoptó un enfoque pragmático y transaccional, en línea con los Acuerdos de Abraham lanzados por Trump, que, sin el ataque de Hamás, deberían haber conducido a un acuerdo de normalización entre Israel y Arabia Saudí.

El único inconveniente era que la estrategia de Trump iba acompañada del mantenimiento de una línea dura contra Irán, la principal amenaza regional para Israel. Joe Biden, en cambio, ha intentado desescalar las relaciones con Teherán, con los resultados que estamos viendo hoy.

En casi una década, ya sea en materia de economía, inmigración o política exterior, Trump ha contribuido a redefinir el marco de la vida política estadounidense. Un éxito que difícilmente reconocerán sus oponentes.

Nota: Cortesía de Boulevard Voltaire