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La política de la OTAN y Washington: ¡provoquemos a China!


Markus Siira | 17/02/2024

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La televisión taiwanesa TVBS informa de que los boinas verdes estadounidenses, destinados a entrenar al ejército taiwanés, van a ser destinados a la isla de Kinmen, frente a la ciudad portuaria china de Xiamen. La paciencia es una virtud china, pero me pregunto cuánto tiempo permanecerá Pekín de brazos cruzados ante este tipo de situaciones.

¿Provocará esto otra crisis en el estrecho de Taiwán, como la de agosto de 1958? En aquella ocasión, el ejército de la República Popular China respondió a la concentración militar de Taiwán con una violenta descarga de artillería en la isla de Kinmen, que duró trece días.

La China dirigida por Mao también puso a prueba a Estados Unidos y siguió disparando sobre la isla de Kinmen los días impares hasta 1979, y los taiwaneses respondían los días pares. Tras este episodio, Estados Unidos rompió relaciones diplomáticas con Taiwán y las estableció con China continental.

Washington sigue reconociendo formalmente la política de «una sola China», pero continúa suministrando armas al régimen rebelde de Taipei y manteniendo contactos con la provincia, que se ha convertido en una cabeza de puente para Occidente. Mediante constantes provocaciones, Pekín busca aparentemente provocar un primer ataque para que la República Popular parezca un agresor agresivo.

El ascenso económico y político de China bajo Xi Jinping, crítico con Occidente, ha sido recibido con alarma en Occidente. Washington ha hablado de «choque de civilizaciones» y ha tomado fuertes medidas para frenar a China. La guerra comercial, la carrera por la tecnología y el uso de científicos chinos en la guerra de la información de Occidente son sombríos ejemplos.

La Finlandia oficial también quiere «mostrar sus colores» y ha empezado a criticar a China a través de sus políticos. En los periódicos se publican desde hace tiempo artículos negativos y en la televisión se emiten «documentales» negativos sobre China, así como programas informativos sobre la «ruptura con China».

Este cambio de actitud se refleja también en el plano cultural. Helsinki no ha acogido un acto del Año Nuevo chino desde 2007, por lo que la situación ha cambiado recientemente. La Fundación de Eventos de Helsinki anunció que dejaría de organizar celebraciones del Año Nuevo Chino, ya que la ciudad sentía la necesidad de «renovar su cartera de eventos».

¿No tendrá algo que ver la imagen de la OTAN como enemigo de Occidente, ya que China es el «rival estratégico» número uno de Estados Unidos? Finlandia, que está en proceso de autodestrucción, ya ha sido un alumno modelo vergonzoso en la Unión Europea, con la entrada en la OTAN y el acuerdo del AUKUS, que busca brillar en la promoción de los intereses de la política exterior y económica de Estados Unidos. Las relaciones con Rusia ya se han roto, y ahora le toca el turno a China.

Nota: Cortesía de Euro-Synergies