Destacados: Agenda 2030 | Inmigración | Libros | Vox

       

Entrevistas

Xavier Eman: «La Nueva Derecha fue y sigue siendo una maravillosa escuela de libertad y curiosidad intelectual»


Anthony Marinier | 23/05/2024

 Nuevo libro de José Antonio Bielsa Arbiol: Masonería vaticana

Cada vez que sale un nuevo número de Éléments, sus Chroniques d’une fin du monde sans importance (Crónicas de un fin del mundo sin importancia) son la primera página que muchos de nuestros lectores se apresuran a leer, ansiosos por saber qué salsa les va a servir la época. Desde diciembre de 2023, el discreto Xavier Eman (hasta hace poco era imposible encontrar una foto suya en Internet, aparte de una de perfil con su sempiterno cigarrillo) es redactor jefe adjunto de la revista en papel Éléments, y redactor jefe de nuestra página web, que -bajo su dirección- publica cada vez más artículos. Conozcamos más de cerca a este trabajador entre bastidores, multidisciplinar e implicado en numerosas aventuras militantes.

Anthony Marinier: En sus columnas, no perdona a nadie (ni a los antifas ni a los identitarios, ni a los paganos ni a los católicos, ni a la burguesía de derechas y sus renuncias, ni a los proletarios americanizados), así que la época parece ser una fuente inagotable de inspiración…

Xavier Emain: De eso tratan estas columnas (aunque mi actividad editorial no se limite a ellas), de esbozar, si es posible con humor, las debilidades y ridiculeces de los tiempos, que están llenos de ellas, y de los que nadie escapa, ni mucho menos yo mismo. No desprecio en absoluto un mundo al que soy ajeno, pero creo que la crítica, la parodia, la burla y, sobre todo, la autoburla son medios útiles y eficaces para combatir el espíritu de seriedad e incluso, a veces, para mejorar uno mismo. Por lo demás, desde el punto de vista del columnista, el problema actual es que nuestra sociedad se está convirtiendo en un manicomio tan a cielo abierto que cada vez resulta más difícil caricaturizarla. Cuando un hombre que se considera mujer y que ha sido operado como tal demanda a su ex-marido por sus testículos, que éste guarda en su congelador, ¿dónde queda el espacio para la exageración y la parodia? No lo hay. La realidad ha superado definitivamente a la ficción. Y la aflicción.

Éléments celebró el año pasado su 50 aniversario. ¿Qué papel desempeñaron la Revue des idées y la Nouvelle Droite en su carrera intelectual?

Un papel central, fundador. Fue en gran parte gracias a la lectura de Eléments y de Alain de Benoist que llegué a «pensar contra mí mismo» y a construir mi propia columna vertebral ideológica, libre de las convicciones y convenciones puramente «heredadas» de mi entorno familiar. Procedente de un entorno burgués de derechas, descubrí a través de las revistas y publicaciones de la Nueva Derecha la importancia de las cuestiones económicas y sociales, que ahora están en el centro de mis pensamientos y preocupaciones. En particular, aprendí que «socialismo» no era sólo una palabra sucia que hacía desviar los ojos de la abuela, y que se podía leer a Marx sin soñar con enviar a todos los «ricos» al Gulag… También aprendí la preciosa diferencia entre radicalismo y extremismo, y entre apertura de miras y compromiso. Aunque no comparto todo su corpus (sobre todo espiritual), la Nueva Derecha fue y es para mí una formidable (e incomparable) escuela de libertad y curiosidad intelectual.

La escena militante nacional está en plena ebullición desde hace algunos años, con la creación de varias iniciativas importantes (Academia Christiana, Institut Iliade, Némésis, movimientos locales).

Es una pregunta muy antigua, pero voy a intentar superarla y responderla. Me parece que dos elementos principales han modificado considerablemente el «medio activista». Por un lado, las herramientas tecnológicas, en particular la aparición y difusión de las «redes sociales», a veces para bien (grandes audiencias, capacidad de eludir los medios de comunicación centrales, facilidad de comunicación, etc.), pero también, por desgracia, para mal (virtualización del compromiso, hinchazón narcisista, aparición del fenómeno de los «ciberguerreros» y los influencers, extremismo del discurso y simplificación del debate, violencia verbal desconectada de la realidad, etc.). El segundo elemento es el drástico aumento de la represión, que está alcanzando niveles que sólo pueden calificarse de para-totalitarios, ya que un simple collage en homenaje a un adolescente asesinado puede llevarte a la cárcel, los bancos pueden cerrar autoritariamente cuentas bancarias personales y un ejército de pequeños aduladores llamados «antifas» pueden costarte el puesto de trabajo por sus actividades como informadores policiales. Siento la mayor admiración por los jóvenes de ambos sexos que siguen implicándose en un contexto así.

En treinta años de activismo activo, ¿de qué se siente más orgulloso?

Las maravillosas y sólidas amistades que he hecho gracias a él. Hoy, aparte de mi familia más cercana, todas las personas que estructuran mi vida, que son los pilares de la misma, desde mi pareja hasta mis mejores amigos, los conocí, de una forma u otra, a través del activismo y comparto con ellos ese deseo de actuar colectivamente y de «servir a una causa» sin el cual la vida me parece muy aburrida y muy vacía. En cuanto al resto, la valoración es más delicada, por no decir más amarga. Por eso a veces es difícil no sucumbir al desánimo, pero resistir a la tentación de la desesperación o la resignación es sin duda el primer y más importante acto de activismo.

Ha participado en varias iniciativas militantes. ¿Puede hablarnos de CasaPound, un importante movimiento social y comunitario en Italia?

CasaPound Italia es, en efecto, una iniciativa muy interesante, apasionante incluso en muchos aspectos, entre otras cosas porque, en mi opinión, ha sabido combinar hábilmente el activismo político «clásico» con el trabajo «metapolítico», la agitación cultural y el compromiso social… En el particular contexto histórico y político de Italia, también ha sabido encontrar un delicado equilibrio entre el deber de recordar y la nostalgia incapacitante, entre el radicalismo y el folclore, y entre la implicación política y la demagogia electoral.

Nota: Cortesía de Éléments