Reportajes

Adicción de los jóvenes a las redes sociales: ¿el principio de las soluciones?


Gabriel Decroix | 20/09/2024

La amenaza para la salud de los niños que sufren adicción a las pantallas está empezando por fin a hacer que la gente se siente y tome nota. Sin embargo, a pesar de las advertencias lanzadas por diversas instituciones internacionales como la audiencia de TikTok por el Congreso de Estados Unidos, la presentación de la Unión Europea a una nueva normativa (Ley de Mercados Digitales), la aprobación de leyes sobre seguridad en línea en el Reino Unido y Francia, las redes sociales siguen siendo más populares que nunca entre los jóvenes, a quienes les cuesta desprenderse de ellas.

Cifras que hacen girar la cabeza

El informe 2023 de Qustodio, líder del mercado en soluciones de seguridad en Internet para familias, Crecer en la era digital: los retos de la inteligencia artificial se basa en datos anónimos de más de 400.000 familias con hijos de entre 4 y 18 años de todo el mundo. Afirma que TikTok es la aplicación más popular en 2023, con un 44% de niños que la utilizan en todo el mundo y un 50% en Francia y Reino Unido. Le sigue Instagram, con un 42% de niños franceses que la utilizan, aunque ocupa el quinto lugar a nivel mundial, con un 32%.

En Francia, los niños pasan una media de 110 minutos al día en TikTok y 58 en Instagram, con un aumento muy constante a partir de 2021. El tiempo de uso aumenta en todas las plataformas excepto en X. La red social TikTok, criticada por sus efectos sobre la salud mental, los problemas de seguridad, la violencia y los retos peligrosos, es la app más bloqueada por las familias por segundo año consecutivo. Le siguen Instagram y X.

«La hiperconexión conduce a una hipersecreción de dopamina: hay una especie de satisfacción al pensar que tengo tantos likes, vistas y suscriptores», explica Pascal Neveu, psicoanalista y psicoterapeuta al que entrevistamos. «También atrofia las capacidades cognitivas: la capacidad de pensar críticamente, de tomar decisiones, de concentrarse, de interactuar con el mundo real y de seguir activando un campo social». Además, añade, «la crisis adolescente está correlacionada con el uso de las redes sociales, que sirven de espejo a los adolescentes en busca de una identidad».

¿Qué se puede hacer al respecto?

En su informe, Qustodio hace una serie de recomendaciones para proteger a los menores de semejante lacra: evaluar su madurez emocional y prepararles para el uso de las redes sociales en lugar de prohibírselo, optar por el visionado en familia, configurar los parámetros de privacidad y establecer límites de uso para fomentar relaciones más sanas con Internet.

Pascal Neveu, preguntado por la eficacia de las campañas de prevención en las escuelas, aconseja: «Este tipo de vigilancia debería ser aún más eficaz para los perfiles sensibles. No basta con dejar de fumar durante diez días». El psicoanalista insiste en la necesidad de un seguimiento y un trabajo analítico y conductual para tratar la ciberadicción de sus pacientes: «Primero hay que preguntarse: ¿qué me estoy perdiendo emocionalmente y por qué he elegido esta droga?».

Las redes sociales son un arma de doble filo: «Se puede utilizar la red conscientemente para crear un espacio libre de trabajo, creatividad o dejarse llevar. O de forma pasiva, incorporando contenidos, lo que aumenta el aislamiento y puede convertirse en una alienación», advierte Pascal Neveu.

Una adicción que se ha convertido en un auténtico problema de salud pública mundial, y que Meta parece dispuesta a combatir. El gigante acaba de anunciar la introducción de «cuentas adolescentes» con contenidos restrictivos para los jóvenes de 13 a 17 años en Instagram. Esta medida comenzó el 17 de septiembre en varios países, entre ellos Estados Unidos, Canadá, Reino Unido y Australia. Francia y otros países de la Unión Europea seguirán su ejemplo a finales de 2024. Se ha puesto una pequeña piedra.

Nota: Cortesía de Boulevard Voltaire