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Año 2022: la esclavitud estaría bien… en función del lugar


Arnaud Florac | 20/09/2022

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Le Monde, que por lo general no es sospechoso de hacer propaganda radical, acaba de publicar una edificante investigación sobre la esclavitud moderna. Sus conclusiones te sorprenderán, o no según el caso. Imagine que la esclavitud todavía se practica ampliamente en el mundo. Miles de personas de África son explotadas y humilladas y hacen trabajos agotadores, con papeles confiscados, amenazas de muerte y todo lo demás.

Como es esto posible, os preguntaréis, siendo la esclavitud cosa de blancos y desde su abolición en todos los países occidentales, los malvados blancos, responsables de todos los males del mundo, a excepción de las erupciones volcanes y los enjambres de langostas (y más…), ahora hacen el trabajo pesado ellos mismos o hacen que lo hagan máquinas blancas.

Pues bien (aquí nos caemos del guindo), Le Monde, con esa heroica propensión al periodismo de investigación, lanza un bombazo: los esclavos en cuestión son traídos de África a los países árabes. Desde el Líbano hasta Catar, los africanos rechazados por sus compatriotas se ven obligados a «suicidarse» (a veces, en un sentido estricto) en el trabajo. Es bastante curioso, sobre todo porque estos países africanos y árabes tienen en común la pertenencia a la oumma, la comunidad musulmana.

¿Significa esto que lo que dicen los historiadores sobre el comercio triangular (captura de africanos por otros africanos y luego reventa a los árabes), no solo era cierto, sino que todavía está en uso y que el islam no sería una religión de paz, amor e igualdad para todos? musulmanes entre sí? No iremos tan lejos, pero…

Si volvemos al balance humano del Mundial de Fútbol, ​​que tendrá lugar en Catar, adelantamos la cifra de 6.500 trabajadores pakistaníes (musulmanes, al igual que sus empleadores) que fallecieron en el lugar. Cualquiera que haya trabajado en un país del Golfo ya ha visto cómo los dueños del lugar se comportaban con sus «empleados» paquistaníes, es decir, de una manera perfectamente odiosa y sin el menor respeto por un ser humano. Inaceptable.

Cuando a la sazón ministra socialista de justicia de Francia, Christiane Taubira, aprobó la siniestra y estúpida ley memorial sobre la esclavitud, reconocida (solo en la forma del comercio triangular) como un crimen contra la humanidad, se le planteó la pregunta: ¿por qué no había extendido esta calificación a todas las formas de esclavitud? incluida la de los africanos entre ellos y la de los árabes frente a los africanos? Ella había respondido sin rodeos: «para no hacer recaer esta carga» sobre los descendientes de los esclavistas africanos o árabes.

La culpa, de hecho, no parece asfixiar a las élites de Catar o El Líbano. Otra cosa blanca, probablemente, sea el arrepentimiento.

Fuente: Boulevard Voltaire

Imagen: Redleaf Lodi: Encadenado