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Reportajes

Carlos X. Blanco: «Tenemos que recuperar nuestra tradición romántica, netamente europea»


Xurde Hontoria | 15/02/2022

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Libros del Alcaudón acaba de publicar el volumen Yo soy ellos, una recopilación de relatos de terror y fantasía escritos por Carlos X. Blanco. En esta conversación, analizamos algunas claves de esta obra y de su autor.

Xurde Hontoria: Eres es muy conocido como ensayista. Tus obras de filosofía política y filosofía de la historia son esperadas con ansiedad entre un círculo selecto, a pesar del bloqueo al que te someten las grandes cadenas de comunicación de masas. Sin embargo, vuelves ahora a la ficción, que parece una esfera muy distinta en el oficio de la escritura. ¿Hay alguna razón especial para ello?

Carlos X. Blanco: Ninguna razón especial. Soy autor de obras de ficción tanto como de ensayos desde la más lejana juventud. Simplemente, ésta era la ocasión de proponer al público esta recopilación de relatos.

Relatos de terror, para más señas. Sabemos que no es la primera vez que haces incursiones en este género. Ya había publicado otra colección de relatos hace unos años…

Sí, esa recopilación de relatos de estilo lovecraftiano llevó por título Nos prietos abilsos (En los negros abismos), escrita en asturiano. Los autores clásicos del género de terror siempre me habían gustado y desde joven intenté imitarlos. Un gran descubrimiento fue dar con los autores del llamado «terror materialista»: H.P. Lovecraft, Algernoon Blackwood, Arthur Machen… Estos autores superaban el clásico cuento de fantasmas, las historias de casas encantadas, vampiros, heroínas en apuros, etc. Eran unos escritores magníficos que llegaban a plantear verdaderos problemas metafísicos y cosmológicos en sus cuentos y novelas cortas.

Ya que mencionamos la lengua asturiana, díganos: ¿hs dejado de escribir en ella para dedicarse solamente al castellano? ¿Qué situación vive actualmente el asturianismo? ¿Es cierto el rumor de que este movimiento te ha borrado de su de su memoria debido a sus posturas críticas con él?

La verdad es que llevo unos cuantos años sin escribir en lengua asturiana, pero no descarto hacerlo de nuevo algún día. La verdad es que en mi Asturias natal el mundo editorial asturiano está muy ideologizado. Existe una estupidez congénita al asturianismo mayoritario, ese que dice que para estar a favor de la llingua hay que ser de izquierdas, y que los de derechas han de estar en contra. Las editoriales son esclavas de una cultura de la subvención que es, ella misma, un disparate. Se subvencionan libros que luego no se promocionan, que quedan en los almacenes y nadie lee, y todo para ir repartiendo favores y propinas a gente del entorno de Podemos, IU y PSOE.

Y estupidez congénita del separatismo…

Bueno, esos son cuatro chiflados, pero instrumentos útiles que tienen la enorme capacidad de ensuciar otro tipo de posturas regionalistas, federalistas e incluso unitaristas que, no obstante, abogan por una dignificación de la lengua y de la cultura asturiana que, en realidad, no es la cultura únicamente del actual Principado de Asturias sino, como defendía el gran Xaviel Vilareyo (q.e.p.d.), es también la cultura específica de grandes zonas de León, Zamora, Asturias de Santillana, etc.

¿Y ese veto y exclusión al que te sometieron, como si no hubieses existido nunca?

Ten en cuenta que yo mismo he contribuido a ello, alejándome de ese miasma. Todo comenzó cuando me ofrecieron encabezar un movimiento cívico transversal (más allá de las izquierdas y las derechas) para reivindicar la dignificación y el impulso de la cultura y la lengua de las Asturias. En esa experiencia de hace años, cuando todavía no existía Podemos ni sus franquicias regionales, me di cuenta de que toda la sopa de siglas nacionalistas (algunas muy radicales en sus discursos pero muy ridículas en su proceder y en cuanto a número de militantes) no eran más que chiringuitos creados por el régimen. El régimen de la Federación Socialista Asturiana con sus caniches de siempre, Izquierda Unida, siempre prestos a dejar ponerse el collar para salir de paseo. En la coyuntura de las Primaveras Árabes, significativamente estaba incluida una Primavera Española. El capital extranjero y colonizador ideó Podemos como marca blanca alternativa al PSOE-IU, y para ello ya tenía reclutados a los nacionaliegos que, de aprendices astures de los batasunos, gente sin oficio ni beneficio, pasaron a ser concejales, diputadillos y ministrinos(como llamamos burlonamente a los cargos regionales). Había un ejército de filólogos en paro, y con pocas ganas de trabajar, y el asturianismo les ofrecía pocas oportunidades a sus egos hambrientos. Ahora son casi todos podemistas. Yo denuncié todo este tingladillo en mis blogs, y por eso dejé de existir, a pesar de haber aportado esfuerzos e iniciativas.

Pero aparte de los paniaguados del régimen, sí hay alguna figura nacionalista identitaria que salvar.

Sí, desde luego. Tengo el máximo respeto por Xuan Xosé Sánchez-Vicente, así como como Xaviel Vilareyo (éste último fallecido prematuramente). Curiosamente, no son separatistas. Ellos dos, por ejemplo, son clave para una futura reconstrucción de las Asturias como patria carnal dentro del bloque gigante que podría llegar a ser la Hispanidad. Hispanidad que no es (solamente) castellanismo, ni mucho menos.

Volvamos al terror. ¿Tiene sentido escribir relatos de terror cuando el mundo actual, con sus pandemias, las crisis de falsos refugiados, la invasión de magrebíes, el conflicto de Ucrania y el transhumanismo ofrecen ya de por sí abundantes argumentos de terror?

Tiene sentido. Tenemos derecho a evadirnos. Tenemos derecho también a recuperar nuestra tradición romántica, que es netamente europea. Novelas como Drácula y relatos como los de Machen son señas de europeidad. Hasta Lovecraft es más europeo que yanqui , para mí, y representa el romanticismo en su fase asqueada.

Pero también mezclas géneros ¿no? La Luz del Norte, su novela sobre la Batalla de Covadonga, y El horror en la selva, ambas aparecidas en EAS, son de historias que mezclan el género de narración histórica con el relato clásico de aventuras y unos toques de terror…

A veces terror, a veces goticismo… Bueno, la vida es siempre así. En medio de nuestros dramas hay momentos de comedia. Me gustan los géneros clásicos que deleitan instruyendo, que permiten la evasión sin renunciar a una prosa ágil pero cuidada. No soporto la novela plúmbea de los culturetas. A esos que siguen a Joyce o a Proust y que, sin la subvención correspondiente, no leería ni su propia madre. Después de cuatro o cinco novelas «exquisitas», acaban de diputados regionales, o de directores generales de alguna nadería. En Asturias sé de algunos cuantos casos.

¿Proyectos literarios?

La burocracia educativa me roba cada vez más tiempo. La batalla cultural también consume los pocos ratos libres que te deja la profesión y los deberes de la familia. Pero espero que Libros del Alcaudón siga confiando en mí y en mis cuentos. Quiero escribir más relatos de terror, fantasía y aventuras, desde luego.

Eso esperan sus lectores. Muchas gracias.

Carlos X. Blanco: Yo soy ellos: Relatos breves de terror y fantasía. Libros del Alcaudón (Diciembre de 2021)