Algunos de nuestros lectores, que sabemos perspicaces, se inclinarían a responder: ¡ambas cosas, señor! Por mi parte, diría que ni lo uno ni lo otro; creo que sigue imperturbablemente (con una constancia que despierta mi admiración) el pliego de condiciones que se le dio mucho antes de su primera investidura como presidente de la República Francesa y que desde entonces se atiene a él sin un paso en falso, y de manera ejemplar, al menos desde el punto de vista de quienes le guían, a saber, la destrucción sistemática de nuestro país y la desaparición de sus habitantes por todos los medios.
¿Bajo la autoridad de quién? ¿Guiados por quién? Supongo: por el Estado profundo estadounidense, por la CIA, por los caciques de Davos, el FMI, la OMS, la OTAN, von der La Hyène, por los Illuminati, o incluso por el diablo.
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— Letras Inquietas (@let_inquietas) April 23, 2024
Pierre Cassen, ya de por sí un observador más sagaz que la mayoría de los comentaristas, hace un buen análisis cuando dice que no hay que subestimar el talento de Macron para la manipulación; pero, en mi opinión, Pierre Cassen sólo se equivoca un poco sobre el grado de perversidad de Macron, que es aún mayor de lo que él describe, y sobre el grado de inteligencia maquiavélica de quienes lo manipulan para que él nos manipule a nosotros.
Podemos imaginar este escenario: hace representar a su partido a la lerda de Hayer para que consiga el pésimo resultado previsto desde el principio y hace elegir a su delfín (¿y el de Davos?), el que podría servir a sus intereses, Bardella, luego organiza nuevas elecciones legislativas para poder seguir reinando en cohabitación con el mimado del sistema, el hombre elegido por una buena parte del pueblo francés pero también. … por el Orden Mundial, aunque sea modificando el artículo 6 de la Constitución para permitirle un tercer mandato con el aval del futuro Primer Ministro Bardella y el respaldo de los votos de sus (ilusos) partidarios, a saber, 7.763.665 votos.
Este chico está perfectamente capacitado para hacer la puja del sistema representado en Francia por Macron. Sólo un ejemplo relativo a la actitud a adoptar con respecto a la guerra de Ucrania: el 22 de marzo en France Info, Jordan Bardella se declaró partidario «de utilizar los beneficios de los activos rusos para financiar el esfuerzo de guerra en Ucrania» e incluso planteó la medida «al Jefe del Estado, por otra parte reticente, en la reunión de los dirigentes de los partidos del jueves 7 de marzo en el Elíseo». Sin embargo, un mes antes, el eurodiputado de Agrupación Nacional (antes Frente Nacional) no votó a favor de la medida cuando se pidió al Parlamento Europeo que votara sobre la «necesidad de un apoyo inquebrantable de la Unión Europea a Ucrania». En Estrasburgo, Jordan Bardella se abstuvo en la votación de esta resolución, junto con otros miembros de su grupo Identidad y Democracia (ID), según el acta del 29 de febrero. En el texto, aprobado con 451 votos a favor, los eurodiputados reafirmaron «la urgente necesidad de establecer un régimen jurídico sólido que permita la confiscación y utilización de los activos estatales rusos congelados por la Unión Europea para la reconstrucción de Ucrania y la indemnización de las víctimas de la guerra».
El mismo día, se aprobó otra resolución para «apoyar a los presos políticos y a la sociedad civil oprimida en Rusia», tras la muerte de Alexei Navalny en una colonia penitenciaria. Esta vez, Jordan Bardella votó a favor, según el acta (publicado en en TF1 info el 2 de junio de 2024).
¿Pueden los franceses fiarse de alguien que dice todo y lo contrario de todo según las necesidades del momento?
Y esto es tanto más grave cuanto que se trata de la vida de nuestros hijos, que podrían ser enviados al matadero por una causa que no tiene nada que ver con nosotros, y cuyo único objetivo es satisfacer los intereses de la OTAN, de Estados Unidos y de un fondo de pensiones, BlackRock, que ya ha comprado una gran parte de las tierras de Ucrania. ¿Quieren que sus hijos mueran por un fondo de pensiones? El hecho de que los franceses puedan aceptar esta ignominia me subleva.
El filósofo Bruno Latour dijo: «El contraste entre la calma con la que seguimos viviendo nuestras vidas y lo que nos está sucediendo es asombroso»; y Bernanos escribió, al final de la Primera Guerra Mundial: «La guerra me dejó estupefacto, como a todo el mundo, ante la inmensa desproporción entre la enormidad del sacrificio y la miseria de la ideología propuesta por la prensa y los gobiernos. Y además, nuestra esperanza estaba enferma, como un órgano sobrecargado. La religión del progreso, por la que se nos había pedido cortésmente que muriéramos, ¡es en realidad una gigantesca estafa a la esperanza!».
¿Qué diremos después de la que Macron y sus compinches (incluidas las «oposiciones» controladas como la Agrupación Nacional) quieren destrozar? ¿Quedará alguien siquiera para hablar de ello?
Nota: Cortesía de Euro-Synergies
Pierre-Emile Blairon es un articulista y ensayista francés.