La iglesia de San Juan Bautista de Bruselas ha vuelto a ser completamente ocupada por un grupo de inmigrantes ilegales con el aplauso de la actual jerarquía eclesiástica belga y vaticana. Según explican los nuevos moradores del tempo, su objetivo es que Bélgica les conceda el permiso de residencia y cuentan con el apoyo explícito de Bergoglio, al que aluden constantemente.
No es la primera vez que la citada iglesia es ocupada por inmigrantes. Según informan medios locales, se trata de la quinta vez que el templo acoge, con el beneplácito de la Conferencia Episcopal local, a grupos de ilegales que exigen permanecer en Europa. Aunque ninguno de los okupas es católico, aseguran que «la iglesia es la casa de Dios», que, por consiguiente, «la policía no puede tocarles» y, por último, que «no tienen intención de marcharse».
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