El pequeño territorio montañoso de Nagorno-Karabaj ha estallado en las últimas semanas, reavivando un antiguo conflicto. Como en Siria, Libia y el Mediterráneo oriental, es el presidente Erdogan quien vuelve para reabrir un conflicto en la frontera con Europa.
Su deseo de establecerse como líder del Islam político y reconstruir el Imperio otomano es obvio. Despliega su descarada política expansionista. Debemos sancionar y aislar al régimen de Erdogan, pero también recuperar la iniciativa.
En el origen de este conflicto de Nagorno-Karabaj está, por supuesto, la configuración de las fronteras internas de la extinta Unión Soviética, hábilmente organizadas de tal manera que entrelazan a los pueblos, para multiplicar hasta el infinito las referencias identitarias de establecer mejor el totalitarismo aplastante del comunismo.
Sin embargo, la Unión Europea, que es la principal preocupada, no ha podido aprovechar esta situación y proponer soluciones que sean al mismo tiempo realistas, justas y pacíficas.
Hoy, si Azerbaiyán ha elegido, tomando la iniciativa de la ofensiva, reactivar este conflicto, es porque sus líderes han recibido promesas de un fuerte apoyo del presidente turco. Erdogan elige, incluso hoy, empujando a Azerbaiyán a la confrontación, para lanzar un gran desafío a los países europeos.
Al atacar, además, directamente a Armenia, con la que tantos vínculos históricos y humanos nos unen, Erdogan, como un criminal que regresa al lugar de su crimen, demuestra lo poco que le importa el genocidio. 1,5 millones de armenios perpetrados por quienes le precedieron en el poder.
¿A qué espera la Unión Europea para poner fin definitivamente al proceso de adhesión de Turquía a la misma?
La Unión Europea, a pesar de las protestas formales, se somete al autócrata Erdogan. De hecho, pagamos miles de millones a este régimen totalitario, una y otra vez.
Ya es hora de que la Unión Europea y su Parlamento pongan fin a las negociaciones con Erdogan y a la unión aduanera de la que Erdogan es el principal beneficiario.
Como dijo Tucídides: «Los hombres están hechos de tal manera que desprecian a quienes los perdonan y respetan a quienes no les conceden nada».
Fuente: Boulevard Voltaire
Imagen: Malcs P.: Casas abandonadas en Artsakh, la capital de Nagorno-Karabaj