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¿Por qué la geoingeniería es uno de los peligros más graves a los que nos enfrentamos?


Redacción | 16/07/2024

Sin duda, Geoingeniería: Un infame pacto de silencio, obra colectiva formada por dos volúmenes y coordinada por José Antonio Bielsa Arbiol y en la que han participado los principales expertos e investigadores del ámbito español e hispanoamericano sobre la ingeniería climática, se han convertido en la principal referencia teórica y divulgativa en nuestro idioma acerca de esta controvertida materia así como un best-seller en Amazon.

Según el historiador y ensayista José Antonio Bielsa Arbiol, la geoingeniería es «la manipulación deliberada del clima por medio de procedimientos aéreos de siembra de aerosoles, con la modificación de los ciclos meteorológicos en las regiones geográficas monitoreadas; ésta es posiblemente la mejor definición, la más próxima a los hechos empíricos y constatables».

Como explicó en una entrevista concedida a Adáraga el teniente coronel Francisco Bendala Ayuso, uno de los autores que han participado en la elaboración de este libro, la ingeniería climática lleva aplicándose en España desde hace más de cuarenta años: «La primera referencia cierta, e incluso oficial, de la utilización de técnicas de geoingeniería en España es de fecha tan temprana como 1979, en concreto el Acuerdo sobre intensificación de la precipitación (PIP) entre la Organización Meteorológica Mundial, el Gobierno de España u otros Estados miembros de la Organización Meteorológica Mundial participantes en el Experimento y Protocolo anejo (BOE, núm. 38, del 13/02/1979, págs. 3729 a 3723) en el que como vemos no se cortaron un pelo a la hora de considerar lo firmado como experimento, es decir, que en absoluto garantizaban los pretendidos, en realidad supuestos, beneficios».

Bendala Ayuso advierte de los peligros que supone la geoingeniería para nuestro ecosistema: «Los efectos son los propios de las sustancias que se dispersan desde el aire. Fundamentalmente se tiene constancia de al menos dos principales que son las tierras de diatomeas y el aluminio en diversas formas destacando su uso en escamas inferiores a un milímetro; pero también se ha detectado el uso de bario, arsénico, titanio, manganeso, cadmio, silicio, carbón y polímeros sintéticos».

«Sus efectos, que son lógicamente nocivos tanto para los cultivos como para los seres humanos y los animales, son, principalmente, aunque sin ser exhaustivos, la destrucción de la vegetación autóctona, disminución de la productividad de la tierra, desertización, disminución de especies animales originales, aumento de otras importadas, alteración del equilibrio natural entre ellas, y en los seres humanos aumento de ciertas patologías como gripes, catarros, insuficiencias respiratorias y cardiorespiratorias y el siempre tan temible cáncer en sus tan variadas formas», añade el militar y retirado.

En este sentido, además de los graves daños climáticos, económicos, sociales y sanitarios que provoca la manipulación del clima, José Antonio Bielsa Arbiol advierte de los peligros que estas prácticas, también militares, suponen para la paz mundial: «Toda esta maquinaria aparece mediatizada por los intereses del Gran Capital, con sus nuevos modelos de guerras híbridas y sus políticas geoestratégicas de largo alcance. Aquí está realmente el meollo del problema, como son las guerras de baja intensidad sobre los tejidos productivos y, cómo no, al servicio de intereses privados ajenos a los de los Estados soberanos. Este modelo geopolítico neoliberal radicalizado es ajeno a la economía visible, por cuanto pretende reorganizarlo todo en función de las regiones productivas más acordes y eficientes (según la élite del poder)».