Reportajes

El Gran Reemplazo está en marcha en Bruselas y Bélgica


Jean Kast | 14/01/2024

«Cuando me miro, siento pena; cuando me comparo, me siento reconfortado». La célebre frase atribuida a Talleyrand podría ser la reflexión de cualquier francés que visite Bélgica, dado el catastrófico estado de cosas que allí se vive. Creíamos llevar ventaja, sobre todo en el tema de la inmigración, pero este plano país nos sigue ganando por una corta cabeza.

El sociólogo y antiguo investigador de la Universidad Católica de Lovaina, Jan Hertogen, acaba de publicar en su página web fichas y tablas que muestran la evolución de la población en los 581 municipios belgas, así como en las distintas provincias y regiones. Muestran que en Flandes, el 29,2% de la población es de origen inmigrante. En Valonia, el 38,3%, y en Bruselas, el 82,5%. Estas cifras son discutidas por otros investigadores y son superiores a las de la agencia gubernamental Statbel. «Esto se debe a que Statbel sólo cuenta los hijos de extranjeros que se han convertido en belgas, mientras que yo incluyo también a los nietos», explica Jan Hertogen en la prensa belga. Si no se hace así, los porcentajes bajarán en un futuro próximo y dejarán de reflejar la realidad.

El Gran Reemplazo no existe… y es maravilloso

Pero según el sociólogo, estas cifras deben tratarse con extrema cautela. Sobre todo, no deben ser cooptadas por la derecha nacionalista flamenca, liderada por el diputado Filip Dewinter, y utilizadas para demostrar que el reemplazo demográfico está en marcha. «Esto es totalmente falso», afirma el experto: «Dewinter está encantado de citar mis cifras en su libro sobre el Gran Reemplazo, pero las utiliza indebidamente para apoyar sus desvaríos racistas. Son tonterías».

Para Jan Hertogen, la agitación demográfica en Europa en general y en Bélgica en particular no es nada preocupante. «Al ritmo actual, los musulmanes no serán mayoría en nuestra capital hasta dentro de 100 años. Así que no hay nada de qué preocuparse. Se trata de una evolución demográfica perfectamente normal. Una evolución que nos ha aportado muchos beneficios. La migración no es el problema, es sólo una solución».

Esta es la teoría que comparten muchos demógrafos y sociólogos, tanto belgas como franceses: el Gran Reemplazo no existe, pero es algo maravilloso. No estamos siendo sustituidos, pero si lo estamos, «tiene sus ventajas». Cara, yo gano; cruz, tú pierdes. Y el sociólogo sigue hablando de nuestra natalidad a la baja, de nuestras ciudades europeas «desangradas» que sólo la inmigración podría salvar de la ruina, y de nuestros PIB que se engrosarían con la extraordinaria aportación de los inmigrantes: «En resumen, sin inmigración, todos seríamos menos prósperos. Y luego está el aspecto cultural. Cuando los artistas me dicen que Bruselas es el primer centro mundial de danza moderna, música, etc., es gracias a la sinergia de todas estas culturas diferentes. También en este aspecto la inmigración es sinónimo de enriquecimiento, no de empobrecimiento». ¿Debemos incluir los disturbios urbanos, los degüellos rituales y el acoso callejero en este extraordinario «enriquecimiento» cultural? El sociólogo no lo dice.

Sociología: la nariz falsa del activismo de extrema izquierda

En su página de Facebook, Jan Hertogen pone las cartas sobre la mesa. Comparte una docena de mensajes pro-palestinos, critica a la policía de Bruselas por lo que considera una falta de diversidad, y pide abiertamente a la gente que vote a la Unión de la Izquierda y bloquee a la «extrema derecha». Por un increíble golpe de suerte, el investigador también resulta ser tío de Raoul Hedebouw, Presidente del PTB-PVDA, el partido laborista belga de extrema izquierda. «Es cierto. Mi hermana es la madre de Raoul. Pero nunca he tenido carné del partido. Como científico, soy lo más independiente posible». Claro que lo es. Su neutralidad es total. Como siempre, cuando se trata de cuestiones de inmigración, los «expertos» invitados a hablar en la prensa dominante no son en absoluto activistas. Los dados nunca están cargados. Nunca, jamás.

Nota: Cortesía de Euro-Synergies