En el estado alemán de Turingia, el pánico se apodera de nuestros amigos de la izquierda, ya que Alternativa por Alemania está a punto de convertirse en el partido más grande allí, y por lo tanto conseguir el puesto de ministro-presidente. Por ello, el ministro del Interior de Turingia, Georg Maier (socialdemócrata), pide urgentemente cambios legislativos para impedir la posible elección de figuras políticas de Alternativa para Alemania para todo tipo de puestos de alto nivel. Las próximas elecciones en Turingia se celebrarán el 1 de septiembre de 2024.
Tal y como está la ley actualmente, el puesto de presidente del parlamento estatal pertenecerá a Alternativa por Alemania en ese momento de todos modos, pero Maier, que forma parte del gobierno en minoría rojiverde de Bodo Ramelow (Die Linke), no quiere que eso ocurra. Porque, según declaró el socialdemócrata al diario alemán Süddeutsche Zeitung, «este partido tomaría entonces el control del Consejo Económico y controlaría también el procedimiento de nombramiento de un ministro-presidente».
La izquierda siempre es una mala perdedora
Maier quiere ahora cambiar la ley para que el parlamento estatal también pueda elegir a políticos de otros partidos para el cargo de presidente del parlamento estatal: «Tenemos que regular esto, así como la composición del órgano supervisor de la protección del medio ambiente, de lo contrario Alternativa para Alemania pronto obtendrá también allí al menos dos escaños».
Según los últimos sondeos, Alternativa para Alemania obtendría el 34% de los votos en Turingia, un 12% más que la CDU. Die Linke aún alcanzaría el 20%, el SPD el 9%, mientras que el liberal FDP y los Verdes desaparecerían del Parlamento (con solo un 4% cada uno).
«Hay que tener en cuenta que con un tercio de los votos, Alternativa para Alemania podría impedir que se cambiara la ley o que se eligiera a determinados jueces», prosigue Maier. En el fondo, todos los partidos están de acuerdo en que hay que «afinar» la ley, pero hasta ahora todos los intentos han fracasado, porque seguimos atascados en juegos políticos», añadió. Hizo un llamamiento a «todos los demócratas» para que tomen por fin medidas para aclarar la ley. El Ministro-Presidente de Turingia, Bodo Ramelow (Die Linke), se pronunció en contra de estas rápidas modificaciones de la ley. Y la CDU quiere pillar antes al Landesverfassungsgerichtshof.
Una vez más, la izquierda demuestra ser una gran perdedora. Si el electorado no está de acuerdo, cambiaremos las reglas electorales, ¿no? ¿A qué esperan para abolir la democracia?
Nota: Cortesía de Euro-Synergies
Peter Logghe es colaborador habitual de Euro-Synergies.