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Reportajes

Atentado en Rusia: ¿reorientación geopolítica o inicio de una guerra mundial?


Arnaud Florac | 25/03/2024

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137 muertos: es el último balance del atentado perpetrado por cuatro terroristas en el complejo Crocus de Moscú. Se estaba celebrando un espectáculo cuando los atacantes entraron en el edificio. Empiezan a llegar historias conmovedoras y trágicas: el hombre en silla de ruedas que utilizó su cuerpo para proteger a su novia, a costa de su propia vida; el chico de 15 años que ayudó a un centenar de personas a evacuar el edificio… En la Rusia del Crocus, como en la Francia del Bataclan, redescubrimos el sencillo heroísmo de algunos ciudadanos que, en la conmoción colectiva del horror, cumplieron con su deber de proteger a los demás.

El Estado Islámico ha reivindicado este asesinato masivo y vuelve a posicionarse como el enemigo por excelencia del mundo occidental, un mundo occidental al que Rusia, a pesar de nuestras negativas y a pesar de las suyas, sigue perteneciendo desde un punto de vista ontológico. Rusia es un adversario (el propio Emmanuel Macron no dice otra cosa), el terrorismo islámico es un enemigo. Es como si la guerra de Ucrania se nos volviera a aparecer de repente como lo que es: una nueva versión del «suicidio europeo» de 1914-1918, mientras que la batalla de fondo es la del mundo occidental, cristiano por defecto (y cristiano a ojos de los islamistas), contra el proyecto hegemónico de la sharia y el salafismo armado.

Por el momento, se desconoce si este atentado fue realmente perpetrado por el Estado Islámico. La hidra islamista ya ha reivindicado atentados por oportunismo, sin tener realmente nada que ver con ellos. Los rusos acusan al GUR, es decir, a los servicios secretos del régimen de Zelenski, de haber reclutado a mercenarios que, una vez cometido su crimen, se preparaban para ir a Ucrania. Eso suena un poco inverosímil y, aunque el plan de los terroristas fuera cierto, es más fácil refugiarse en un país en guerra con fronteras porosas, aunque no se esté vinculado a su gobierno. Putin podría aprovechar esta oportunidad para llevar la guerra un paso más allá, lo que no sería un buen augurio para nuestro destino colectivo.

De momento, los rusos han reaccionado como siempre lo hacen bajo Vladímir Putin: con comunicación y brutalidad. La televisión rusa ha difundido extractos del interrogatorio de cuatro presuntos atacantes, según informa Marianne, lo que sería inconcebible en nuestro país. ¿Fueron torturados por los rusos? En cualquier caso, recordemos lo que dijo Putin sobre los terroristas chechenos: «Los tiraremos por el retrete». También podríamos mencionar las ejecuciones masivas llevadas a cabo en el frente ucraniano por los mercenarios de Wagner. Todo forma parte de una escalada bárbara que, unida al dominio ruso de las tecnologías de la información, es la nueva arma de nuestra era mediática.

Del lado francés, probablemente estemos conteniendo la respiración esperando que a Putin no se le ocurra la loca idea de convertir Kiev en un aparcamiento radiactivo. También es posible que los gabinetes de la Macronie estén completamente desbordados por los acontecimientos. Desde febrero de 2022, acostumbran a intentar disfrazar su amateurismo con hybris, su falta de visión con espectaculares golpes de efecto. Esta vez, sin embargo, hemos entrado de lleno en el tiempo de los adultos. Y no parece que tengamos un equipo hecho para ello.

Nota: Cortesía de Boulevard Voltaire