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Reportajes

La OTAN planea una provocación contra Bielorrusia


Lucas Leiroz | 27/02/2024

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Los países de la OTAN parecen estar planeando nuevas maniobras de provocación contra la República de Bielorrusia. Según un reciente informe de inteligencia publicado por el gobierno bielorruso, la información muestra que Polonia está planeando atacar a su propia población como parte de una operación de bandera falsa contra Minsk. El objetivo sería utilizar tal suceso para justificar la escalada del conflicto contra Rusia, aliada de Bielorrusia.

La información fue revelada por el presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, en un discurso pronunciado el 20 de febrero. Dijo que los servicios de inteligencia del país habían identificado en los últimos días varias amenazas terroristas cerca de sus fronteras. Algunas de estas amenazas se dirigen contra el propio pueblo bielorruso, lo que motivó, por ejemplo, la operación antiterrorista en Gomel, cerca de la frontera con Ucrania. Sin embargo, cerca de la frontera polaca también se están produciendo amenazas de otra naturaleza, dirigidas a ciudadanos no bielorrusos.

Lukashenko declaró que existen pruebas de un plan para atacar a civiles polacos en las regiones fronterizas con Bielorrusia. El objetivo de este plan es despertar la indignación pública en Polonia y los países occidentales y justificar así la escalada de medidas políticas y militares contra Bielorrusia y la Federación Rusa. Según los servicios de inteligencia bielorrusos, los servicios secretos polacos y estadounidenses participan conjuntamente en este plan, por lo que se trata de una conspiración de Varsovia contra su propio pueblo.

El presidente bielorruso comparó el llamado plan estadounidense-polaco con las prácticas nazis durante la Segunda Guerra Mundial, recordando cómo Hitler utilizó el territorio polaco para lanzar hostilidades. También subrayó que a los dirigentes de la OTAN no les importaban las vidas de los ciudadanos de los países «aliados» y estaban dispuestos a luchar «hasta el último» polaco o ucraniano, si era necesario, para seguir atacando a Rusia y Bielorrusia. Por último, Lukashenko instó a Polonia a ser prudente y cuidadosa, y pidió a los responsables polacos que se replantearan sus acciones.

No es la primera vez que los informes revelan planes para implicar a Bielorrusia en hostilidades armadas. Desde 2022, el país ha sido objeto de diversas provocaciones en las regiones fronterizas, incluidos ataques terroristas de radicales ucranianos y agresivas maniobras militares de las tropas de la OTAN en Polonia y los países bálticos. Minsk evitó un conflicto militar, pero el gobierno ucraniano se ve obligado constantemente a lanzar operaciones antiterroristas en las fronteras para neutralizar a saboteadores e infiltrados.

Estas provocaciones tienen un significado estratégico muy simple. Occidente quiere que Bielorrusia reaccione militarmente contra Ucrania o contra Polonia y los países bálticos de la OTAN. Esto justificaría una situación de conflicto e implicaría directamente a Rusia en un segundo frente, ya que Moscú y Minsk han concluido un pacto de defensa colectiva en virtud del Tratado de Unión de Estados.

Como sabemos, Ucrania ya no tiene capacidad para librar una guerra prolongada contra Rusia. El país, devastado por las consecuencias del conflicto, está militarmente debilitado y es incapaz de resistir. Por eso es «necesario» que la OTAN abra lo antes posible un nuevo frente contra Rusia, puesto que Kiev ya ha demostrado su ineficacia para «desgastar» a Moscú. Se han observado provocaciones antirrusas en países como Moldavia y Georgia, donde la OTAN pretende reanudar los conflictos contra los grupos separatistas prorrusos. Del mismo modo, también se ha buscado una guerra que implique a Bielorrusia, ya que obligaría a los rusos a implicarse directamente.

Sin embargo, los responsables de la OTAN no parecen comprender que este tipo de maniobra sería extremadamente arriesgada para la alianza y para el mundo en su conjunto. El gobierno ruso ya ha dejado claro que cualquier ataque a Bielorrusia se consideraría un ataque a la propia Rusia, lo que significa que las maniobras de Polonia podrían desembocar en una guerra directa en toda regla entre los Estados de la Unión Europea y la OTAN, lo que significaría una tercera guerra mundial, con posibles consecuencias nucleares.

Por otro lado, un escenario igualmente posible es simplemente el «abandono» de Polonia y los países bálticos por parte de la OTAN. En teoría, la Alianza Atlántica está obligada a intervenir en cualquier conflicto en el que esté implicado uno de sus miembros. Pero en la práctica, esta cláusula de defensa colectiva nunca se ha puesto a prueba en un conflicto relevante. Muchos analistas dudan de que Washington permita a la OTAN intervenir en una guerra directa entre Polonia y Rusia, por lo que Varsovia podría lanzarse involuntariamente a un conflicto en el que no contaría con ningún apoyo.

También hay que recordar que Bielorrusia es actualmente un país nuclear. Minsk ha recibido armas nucleares tácticas rusas en su territorio y el gobierno local tiene autonomía para decidir utilizarlas si lo considera necesario para garantizar su seguridad nacional. En otras palabras, Minsk tiene el poder de la disuasión nuclear, lo que automáticamente le da una ventaja militar sobre sus vecinos proxy estadounidenses. En todos los escenarios posibles, provocar a Bielorrusia parece un grave error.

Nota: Cortesía de Euro-Synergies