En una Hispanoamérica plagada de izquierdismo, en Argentina, tercera economía del subcontinente, la victoria de Javier Milei, «El Loco», candidato de derechas con pelo desgreñado y patillas, fue recibida con un estruendo. Obtuvo casi el 56% de los votos frente a su rival peronista (socialista) Sergio Massa. Como Ministro de Economía del actual presidente, que, al igual que el socialista Hollande, ha decidido no presentarse a la reelección, no podía confiar en su historial; en vano se distanció de la marcha del país e intentó convencer a la gente de que pronto se invertiría la tendencia.
En los últimos días se han multiplicado los llamamientos a decir «No a Milei» y a la «extrema derecha», desde el mundo de la política, el periodismo, el arte, el fútbol y las víctimas de la dictadura.
Buenos Aires, ciudad de estilo haussmaniano, se parecía a París en 1913, durante su apogeo económico. De hecho, una estación de metro de París pasó a llamarse Argentina en 1948, para agradecer a ese país la generosa ayuda alimentaria que prestó durante las primeras etapas de la reconstrucción de posguerra.
El Trump de la pampa
Llamado el Trump de la pampa, libertario, populista, escéptico climático, no duda en insultar a sus adversarios. 170 economistas argentinos han firmado una carta abierta en la que advierten de los peligros de su programa, llamado «ultraliberal».
Procedente del movimiento paleoliberal estadounidense (no confundir liberal con libertario, como hacen algunos periodistas), ¿quién es realmente el futuro nuevo inquilino de la Casa Rosada? Este disruptivo economista de 53 años con pinta de estrella de rock, liberal y fan de Bolsonaro y Trump, ha pillado por sorpresa tanto a la derecha tradicional como a la izquierda. Se dice de él que es un populista por su postura antisistema y sus reiterados ataques a los políticos de su país, «la casta parasitaria».
Se dio a conocer como polemista televisivo al estilo de Zemmour. Tuvo la audacia y el valor de contradecir el ecologismo imperante. Los mandatos ecologistas son en gran parte responsables de la inflación. Mejor aún: el sacrosanto «cambio climático» no es más que un «ciclo» y no el resultado de la responsabilidad humana.
Milei ha propuesto eliminar el Banco Central argentino sustituyendo el peso argentino por el dólar estadounidense, un proceso comúnmente denominado «dolarización». Otros países de la región, como Ecuador, Panamá y El Salvador, han aplicado con éxito la dolarización para controlar la inflación.
Ha prometido utilizar la motosierra en el gasto público. Anticomunista vehemente, ideología que atrajo a muchos hispanoamericanos (recuérdese la famosa teología de la liberación), la denuncia como un «sistema asesino». Partidario del liberalismo, Javier Milei ha rechazado sin embargo los acuerdos de libre comercio con los países comunistas, en particular China. En el plano diplomático, defiende el derecho de Israel a la autodefensa y condena el terrorismo islámico, en particular los inhumanos atentados de Hamás del 7 de octubre.
Además, Javier Milei propone legalizar el porte de armas para que la gente honrada pueda armarse, y no sólo los delincuentes. Dará marcha atrás en la legalización del aborto, que es legal desde 2021, y reducirá el Estado y los servicios públicos a la mínima expresión. También propone eliminar diez de los 18 organismos del gobierno federal argentino (ministerios). Es un experimento que los economistas de derecha e izquierda seguirán de cerca en los próximos meses y años.
Nota: Cortesía de Boulevard Voltaire
Thierry Martin es articulista, sociólogo y empresario.
