Con la adopción de su proyecto de ley que abre la posibilidad de regularizar a decenas de miles de inmigrantes, Alemania está claramente cambiando de rumbo en términos de política migratoria. Y su medida estrella propuesta por el Ministerio del Interior se denomina «permisos de residencia de posibilidades». 130.000 extranjeros sin permiso de residencia que llevan al menos cinco años viviendo en Alemania podrán beneficiarse así de un permiso de residencia adicional de un año gracias a este texto aprobado, este miércoles, en Consejo de Ministros por el Gobierno de Olaf Scholz.
Las élites globalistas de este país consideran así como una oportunidad la llegada masiva de poblaciones extranjeras de otra cultura, pero quieren ser tranquilizadoras. «Comunicar nuestros valores y nuestra lengua siempre es importante, por mucho tiempo que la gente lleve aquí», dijo Nancy Faeser, la Ministra del Interior (Süddeutsche Zeitung, 6 de julio). Christian Dürr, presidente de los Liberales en el Parlamento, va más allá: «El futuro de nuestras pensiones y nuestro sistema social depende (de esta mano de obra)» (Ouest-France, 6 de julio). De hecho, superar la demografía en declive de las sociedades obsesionadas con el derecho al aborto recurriendo a la afluencia de población extranjera es una opción. La Europa envejecida ya no necesitaría solo mano de obra, sino vientres para mantener su nivel de vida. Christian Dürr, corazón en mano, completa: «Los necesitamos». Y el diario alemán para indicar que faltan miles de empleados en empresas de restauración, comercio o artesanía.
Entre las medidas, se podría facilitar de esta forma la reunificación familiar, esta reforma contempla simplificaciones en la prueba de identidad si faltan los pasaportes y los familiares de los trabajadores también deberían poder ingresar al país directamente sin prueba de idioma. Al final de este período de prueba, si estas personas han obtenido un trabajo, entonces podrán recibir un permiso de residencia permanente. «Queremos moldear activamente el futuro en lugar de gestionarlo a regañadientes», anuncia el Ministro del Interior (Süddeutsche Zeitung). Un futuro decididamente crisol que los humanitarios como la asociación Terre des hommes quisieran acelerar pidiendo «reglas de residencia más generosas» (Ouest-France).
En este maravilloso mundo de Care Bears, todavía se alzan algunas voces para recordarnos que esta es una mala señal enviada a la inmigración ilegal. Así Alexander Throm (CDU), portavoz de política interior de la facción de la Unión en el Bundestag: «Con el proyecto de ley, el gobierno federal renuncia a la aplicación del derecho de asilo. (…) Esto recompensa a las personas equivocadas» (Suddeutsche Zeitung). Una ley que creará un verdadero soplo de aire fresco para los migrantes, que regularizará a quienes fueron rechazados y se empeñaron en no irse. En estas condiciones, cuesta creer al gobierno alemán, que sin embargo promete facilitar la expulsión de los delincuentes. Este proyecto de ley será objeto de un procedimiento parlamentario al comienzo del año escolar y el Bundestag podría tomar una decisión a finales de año.
Fuente: Boulevard Voltaire