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Juegos Olímpicos de París 2024: el fin de la civilización occidental moderna


Aleksandr Duguin | 29/07/2024

La inauguración de los Juegos Olímpicos de 2024 en París es el juicio final sobre el fin de la civilización occidental moderna. Occidente está maldito, eso está claro. Cualquiera que no tome inmediatamente las armas para destruir esta civilización satánica, sin precedentes en su descaro, es cómplice.

Pero también hay otro aspecto importante. En un polo, está Occidente y su satanismo abierto. Y en el otro polo, el nuestro, ¿qué tenemos? Algo un poco más decente, la penúltima etapa, pero ese algo avanza por el mismo camino, por la misma carretera. Frenamos en seco cuando el destino aparece en el horizonte, donde se alza la gigantesca figura del Caballero de la Muerte, rodeado de una retahíla de pervertidos liberales y monstruosidades body-positive.

Pero seguimos a la deriva en esa dirección, por inercia, y desde luego sin cuestionarnos la etapa anterior de nuestra historia: ¿estamos siquiera en el tren correcto si la última estación de la ruta son los Juegos Olímpicos de Francia en 2024? Occidente es el diablo. ¿Y quiénes somos nosotros? Por un lado, el diablo nos horroriza y nos expulsa de su impío banquete, pero, por otro, sigue dentro de nosotros; no lo hemos expulsado completamente de nosotros mismos; el diablo hace estragos y furor en nuestra cultura, habiéndosele permitido la entrada no hace décadas, sino hace siglos.

Occidente (y por tanto el diablo) empezó a penetrar sistemáticamente en Rusia en el siglo XVII. Los eslavófilos del siglo XIX lo reconocieron y dieron la voz de alarma. Tuvo efecto, pero no impidió que continuara el declive. Y ahora estamos empezando a pisar el freno de verdad. Esto sólo funcionará si Dios está con nosotros. Nada más funcionará. Para que eso ocurra, Rusia debe pertenecer a Dios; debemos convertirnos en su pueblo, en sus discípulos, en verdaderos cristianos rusos. Todo lo que podemos hacer es rezar y luchar. Luchar con la oración y rezar como ante la muerte, por última vez.

La operación militar especial es una guerra contra Satanás, contra Occidente, contra estos Juegos Olímpicos, donde los Titanes rebeldes del Tártaro han desplazado a los dioses y han ocupado su lugar. Occidens delenda est.

Nota: Cortesía de Euro-Synergies