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El fraude de Amaiur: la «gesta épica» del asedio de Maya (I)


Armando Besga Marroquín | 08/06/2022

El 31 de marzo de 1980 se constituía en Guernica el primer parlamento vasco de la historia. El recién elegido presidente de la cámara, el peneuvista Juan José Pujana, cerró la sesión con un discurso en el que se mostró emocionado porque «acaban de nombrarme presidente del primer Parlamento que tiene Euskadi después de ocho siglos», sin que hasta ahora nadie haya podido adivinar a qué, siquiera remotamente, se podía referir en semejante infundio.

Del resto del discurso, cabe destacar dos pasajes que muestran hasta que punto llega la falsificación de la historia por los nacionalistas vascos: «El pueblo más antiguo de Europa, el más atacado, el más oprimido constituye este Parlamento por deseo propio y por su mandato, porque quiere vivir democráticamente, porque quiere permanecer en la igualdad, porque quiere vivir en justicia. El Pueblo Vasco está resurgiendo de sus cenizas. Para finalizar, quisiera recordar a tantos y tantos que han hecho que hoy esto sea posible. Comenzando en Orreaga (Roncesvalles, 778), siguiendo por los doscientos gallardos soldados del nefasto castillo de Amaiur, la Guerra Carlista, la de 1936 y hasta la de los que han luchado por la libertad durante los últimos cuarenta años (que, lógicamente, incluían a los etarras, que habían aumentado sus asesinatos con la democracia). Cuántos muertos, cuántos exiliados, cuántos encarcelados, cuántas lágrimas, cuánto sufrimiento. Para todos ellos honor de patria, cariño y agradecimiento, a nativos y foráneos, estáis para siempre en el cielo de Euskadi. Declaro que en esta Gernika sagrada, el 31 de marzo de 1980, se constituye el Parlamento de Euskadi».

La alocución muestra la importancia que tiene el embuste de Amaiur en la historia del eterno martirio del llamado «pueblo vasco» por sus odiosos vecinos. Puestos a elegir cuatro episodios en el pasado del pueblo más atacado y oprimido resulta muy significativo que se haya elegido el modesto episodio del breve asedio del castillo de Maya, que ni siquiera tiene relación con la historia del territorio del parlamento que se inauguraba, como tampoco la emboscada, seguramente pequeña, sobre una parte de la retaguardia del ejército de Carlomagno, cuya mayor consecuencia fue el botín que lograron los asaltantes. Y es que no se tiene mucho más. Las guerras a las que se alude fueron civiles, también en el País Vasco-navarro. Nótese que también afectaron a otros territorios. Esto es, el dirigente peneuvista fue incapaz de aludir a un episodio que afectara exclusivamente al territorio del parlamento que presidía.

Pero es que, además, la historia del asedio de Maya en la que creen los nacionalistas no tiene nada que ver con lo que sucedió: es un fraude perpetrado por unos nacionalistas.

Empecemos por lo que dice Pujana. El castillo no se llamaba Amaiur, que es el nombre que le han dado algunos nacionalistas, tras haber utilizado el de Amayur, que no les pareció suficientemente vasco. El castillo era tan pequeño que en él no podían caber doscientos defensores. Se calcula que en el momento del asedio podría haber habido un centenar como máximo. De ellos, a tenor de los nombres de los prisioneros capturados, unos sesenta serían navarros; los demás eran mercenarios franceses. Y, desde luego, no se consideraban vascos, gentilicio que en todas partes designaba entonces únicamente a los vascofranceses. Por eso, el territorio norpirenaico que se incorporó a la monarquía navarra en la segunda mitad del siglo XIX se llamaba «Tierra de Vascos» (el nombre de Baja Navarra apareció en la Edad Moderna y está ligado a las pretensiones francesas sobre Navarra). Los nacionalistas nunca podrán hacer una historia del País Vasco porque no comprenden que lo que ha habido son unos Países Vascos, que, por no tener, no han tenido un nombre hasta hace poco, que todavía se discute.

Armando Besga Marroquín: El fraude de Amaiur: Verdades y falsedades sobre la conquista española de Navarra. Letras Inquietas (Junio de 2022)

El fraude de Amaiur: la «gesta épica» del asedio de Maya

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